El Valle del Boí, un reducto de historia en los Pirineos

Barruera

Entre los lugares más visitados durante los meses fríos se hallan los que se encuadran en el Valle del Boí, en plena provincia de Lérida. Sin duda queremos descubrir porqué, y os aconsejo que os vais a quedar maravillados. Muy cerca de aquí se halla la frontera francesa y el conocido Valle de Arán, donde se encuentran quizás los pueblos más bonitos del pirineo. Las magníficas vistas de piedra, sus iglesias románicas y el verde de sus paisajes hacen de este valle uno de los más peculiares y maravillosos de España.

Yo quedé impresionado con las iglesias románicas del valle y sus paisajes. No deberíais dejaros en el camino ninguno de los pueblos que os vamos a mencionar, porque todos tienen su particular encanto. Os recomendaría que antes de realizar la visita os hiciérais en alguna oficina de turismo con los horarios de visita de las iglesias románicas, porque sería una pena que no pudiérais visitar alguna.

Primero pasamos por Barruera, un pueblo que se divide en tres partes. La más antigua con una sola calle, el ensanche, la zona más moderna, y una mucho más nostálgica, la hondonada junto al río, que es donde se halla la iglesia y el cementerio. La parte antigua es la más bonita, con su trazado medieval y sus casas de piedra, mientras que para comer y comprar está la parte nueva. La iglesia románica hay que visitarla sin discusión.

De allí tomamos rumbo hasta Durro, un precioso pueblo de montaña, muy genuino. La vista del mismo es maravillosa, con sus casas de piedra, sus tejados de pizarra, sus calles empedradas y la Iglesia de la Natividad del siglo XII. Un lugar que parece sacado del siglo XV, hermosísimo y blanco en invierno, una auténtica postal del Pirineo.

Erill la Vall

Un pueblo muy pequeño es Boí, con apenas 150 habitantes, en donde hace un frío que pela. Su preciosa Iglesia de Sant Joan con su campanario son una visita inexcusable. Muy cerquita se halla Taull, uno de los pueblos más importantes de la Edad Media. Antes contaba con cuatro iglesias románicas, y ahora podemos ver dos, la de San Climent y Santa María.

Me encantó el pueblo de Erill la Vall, que no lo había oído nunca la verdad. Sobre todo su iglesia de Santa Eulalia, una obra románica que dicen que traza una línea recta imaginaria perfecta con las iglesias de San Joan en Boí y la de San Climent en Taúll.

Por último, no olvidaros de Caldes de Boí, muy famosa por su balneario, que ya llegaron a conocer incluso los romanos. Hay también un buen hostal en Caldes, renovado recientemente, y una muy buena localización.

Así pues no podéis dejaros atrás este maravilloso enclave del Valle del Boí, un lugar perfecto para visitar si estáis esquiando cerca, en los Pirineos, o una visita de primavera, o aprovechando la buena temperatura del verano. El paisaje y la historia os esperan.

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