Puente La Reina, encanto medieval

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Enclave importante de la ruta jacobea y de gran tradición histórica es Puente La Reina (Navarra), donde confluyen el Camino Aragonés y el Camino Navarro del Camino de Santiago, allí donde los peregrinos de una y otra ruta se reunían y seguían su andadura cruzando el magnífico y vistoso puente erigido sobre el rio Arga para tal fin por orden de Doña Mayor, esposa de Sancho III, rey de Navarra, en el siglo XI, junto a la por entonces aldea Gares, por el que posteriormente esta bonita villa pasó a llamarse Puente La Reina y que también, durante la Edad Media, fué denominada como Puente del Arga. Debido al gran apogeo que tomó el Camino de Santiago, en los siglos XIII y XV, la villa experimentó unos años de gran esplendor convirtiéndose en un centro comercial de mucha importancia que atraía a gente de todas partes del mundo, de habla y cultura distintas que la hicieron puntera y cosmopolita. Por entonces se hizo tradición tocar cuarenta veces las campanas antes del anochecer para avisar a los peregrinos y visitantes de que prontamente se iban a cerrar las puertas de la villa.

Paseando por sus calles rectilíneas, alineadas de casas y palacios blasonados, de aleros sobresalientes, nos percatamos de su interesante pasado y disfrutamos de su encanto actual, para lo que de entrada nos situamos en el Puente Medieval, al que llegamos a través de la Calle Mayor, que levantado sobre gruesos estribos cuenta con seis arcos de tamaño decreciente, sobre los que se horadaron otros tantos ventanales con el fin de aliviar la estructura. En uno de sus extremos conserva una torre, que antiguamente eran dos, donde los peregrinos debían de pagar una tasa de peaje.

También en la calle Mayor, a la entrada de la localidad, se encuentra la Iglesia del Crucifijo, templo levantado por los templarios en el siglo XII, dedicado de igual manera a los peregrinos, constituído por dos naves desiguales yuxtapuestas y cerradas por sencillas bóvedas de cañón, de ábsides semicirculares y portada románica con ciertos rasgos góticos; siendo lo más importante El Crucifijo, gótico, que muestra la imagen de madera de un Cristo con los brazos alzados sobre un crucifijo en forma de «Y», regalo de un peregrino alemán. También tiene su interés una talla románica de Nuestra Señora de los Huertos. Siguiendo más adelante nos encontramos con la Iglesia de Santiago, del siglo XII, siendo la torre y su interior reconstruído en el siglo XV y el resto en el siglo XVIII, por lo que en ella se conjugan tres estilos arquitectónicos; románico, gótico y neoclásico. En su interior guarda la imagen del apóstol Santiago, gótic0 del siglo XIV,  realizada en madera policromada, a la que se le llama Santiago el Negro, porque fué hallada en un rincón de la iglesia cubierta de polvo y suciedad. Nos hemos referido en varias ocasiones a la Calle Mayor, que comienza donde la iglesia del crucifijo, dándonos entrada dos torreones de la muralla antigua, siglo XIII, conduciéndonos en su final hacia el puente medieval, pero que en todo su trayecto no deleita con preciosos caserones de piedra, con suelos de piedra, tejado de aleros salientes y balaustres de rejas, siendo destacables las fachadas de la Casa Martija y la Mercería Feli;  siendo de valorar la limpieza y el cuidado de toda la calle, aunque todas las calles de esta villa gozan de sus mismos encantos. Son también dignas de mención la Iglesia de San Pedro Apóstol, siglo XVI y el Convento de las Comendadoras del Santo Espíritu, siglo XVIII.

A la entrada de la población se encuentra el Monumento al Peregrino, realizado en el año 1964 y sufragado por la Diputación de Navarra en homenaje a la figura del peregrino entroncada con la vida de esta bella localidad. Justo en ese lugar nos encontramos el Mesón del Peregrino, donde por su peculiar encanto, que lo hace diferente y muy especial, lo escogemos como único establecimiento para hacer Parada y Fonda.

Hotel El Peregrino.  c/Irumbidea s/n (Crtra.Pamplona-Logroño, km. 23). Puente La Reina (Navarra).

Hotel el Peregrino en Puente la Reina

Ocupa una antigua casona de piedra y tejas muy bien cuidada, donde en su día existió una ermita de culto y paso de peregrinos y que hoy se levanta un monumento dedicado a éstos. Enclave mágico y de ensueños, que aunque se suba un tanto de precio sobre nuestra línea trazada, merece su excepción. Su interior dividido en niveles y espacios distintos nos presenta unos salones y unas habitaciones amplias y lujosas, decoradas con un gusto excelente con  magnífico mobiliario, completa en detalles artísticos, pinturas y esculturas de grandes artistas. Dispone de trece habitaciones elegantes y tranquilas, cálidas y acogedoras, distintas unas de otras en su decoración, pero todas ellas perfectamente equipadas, funcionales y cuajadas de antigüedades, obras de arte y mobiliario, dando todas ellas a los jardines de la entrada o de la parte trasera. Tiene piscina y fácil aparcamiento. Trato y servicio exquisito.

Restaurante El Peregrino. c/Irumbidea s/n (Ctra.Pamplona-Logroño, km. 23). Puente La Reina (Navarra)

Restaurante el Peregrino en Puente la Reina

Dentro de este maravilloso hotel y en un marco incomparable está localizado el restaurante, que cuenta también con una terraza cubierta, y en el que rodeado de óleos, mobiliario antiguo de marca y un entorno encantador, podemos disfrutar de una excepcional cocina que entremezcla platos tradicionales de la gastronomía vasconavarra y francesa con platos mediterráneos con toques de modernidad. Dada la rica y abundante agricultura local, tenemos que hacer mención especial a las verduras, las carnes y a sus postres muy bien elaborados; en definitiva una cocina de alto nivel.

Si dispones de más tiempo y deseas conocer algo más de los alrededores sin tener que hacer mucho desplazamiento, a unos 5 Km. se encuentra la Iglesia de Santa María de Eunate, románica de planta octogonal; a unos 8 Km. el pintoresco pueblo de Artajona, a los pies de un cerro amurallado, con un pequeño y bonito casco urbano de casonas de piedra blasonadas y la Iglesia de San Pedro, gótico del siglo XIII; o bien, al oeste, sobre un altozano el pueblecito de Zirauqui, con callejuelas estrechas y tortuosas unidas ente sí por escaleras, en la que se alinean bonitas casitas con balcones; en los alto está la Iglesia de San Román, del siglo XIII.

Un buen día que nos dejará el espíritu bien alto como el de tantos peregrinos que pasaron por esta villa y que nos encontraremos a nuestro paso, fortalecidos y entusiasmados en culminar su Camino.

Foto 1: casaturismorural
Foto 2: tvturismo

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