Ondarroa, volcada al mar

Ondarroa

En la costa vizcaína, a 62 kms. de Bilbao, en la desembocadura del río Artibai, en su último meandro, y rodeada de suaves colinas que se vuelcan en el mar para mirarse con él desde muy cerca, se encuentra abriéndose paso entre las montañas y el río la bonita villa de Ondarroa, que significa «boca de arena» (hondar ahoa), en prueba de su vínculo con el mar, al que se abre para que su gente entrelacen sus vidas con ella, motivo por el que tradicionalmente se han dedicado a la pesca y a un esmerado tratamiento del pescado; por ello, la vida de este pueblo, marinero por excelencia y con todo su encanto, gira en torno a su puerto, siempre muy concurrido y repleto de barcos amarrados que conforman su clásica imagen.

Aparte de recorrer su emblemático puerto, en el que se puede visitar su lonja de pescado, resulta interesante dar un paseo por su pequeño casco histórico, de trazado medieval, que se centra en tres calles estrechas y empinadas, la Goiko kale, Ipar kale y kale Handi. Sus monumentos más importantes son la Iglesia de Santa María, bella construcción del siglo XV, de estilo gótico tardío, reformada en los siglos XVIII y XIX, con un sobrio interior compuesto de tres naves y aliviado por unos rosetones góticos; con detalles artquitectónicos reseñables, como sus górgolas animales, los pináculos acabados en figuras y un conjunto escultórico repleto de personajes medievales. La Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, del siglo XI, reformada en el año 1750, que en su interior guarda la imagen de la Virgen, protectora del mar, de los siglos XIII y XIV; muy cerca la Ermita de Santa Clara, desde cuya atalaya se disfruta de unas magnificas vistas sobre el mar; la Ermita del Padre Eterno, levantada en el siglo XIV y renovada en el año 1947, en el lugar que fué un antiguo humilladero; la Ermita de San Juan que data del siglo XV.

Entre sus edificios más significativos cabe destacar la Torre Likona, torre de piedra construida por el año 1500, de la que se conservan dos arcos ojivales y algunas ventanas en los pisos altos. Fue propiedad de la madre de San Ignacio de Loyola; la Torre Etxandia, casa solariega del siglo XVI. que mantiene balcones, ventanas y una galería de ventanas de arcos puntiagudos; la Cofradía de Santa Clara, construcción de piedra del año 1920 de aspecto medieval que forma con el puente viejo un bello conjunto, conformando uno de los rincones más atractivo de Ondarroa. El Puente Zubi-Zaharra, o puente viejo, del que hemos hecho mención, data del siglo XVIII y sustituyó a otro puente de madera levadizo aún más viejo, del siglo XIV; el Ayuntamiento Viejo, del siglo XVIII, que se encuentra adherido a la iglesia de Santa María, realizado en piedra labrada y con dos pilares que sostienen el balcón principal.

Desde el Mirador de Arrigorri se consiguen unas estupendas vistas de la bahía y se puede ver el Puente de Itsas Aurre, o Puente de Calatrava, construído por el célebre arquitecto Santiago Calatrava, que le imprime un fuerte tono de modernidad a la localidad.

Una visita a este bonito pueblo de Ondarroa y a su enclave tiene que ir acompañada de una bien elegida «Parada y Fonda», por lo que nuestra elección para esta ocasión es la siguiente:

Hotel Urkiza Bekoa. Barrio Asterrika. BERRIATUA (Vizcaya).

A tán solo 3 kms. de la localidad de Ondarroa, en el término de Berriartua, se encuentra este bonito caserío inmerso en una amplia zona de arbolada, con jardín y vistas al mar, que bien merece un corto desplazamiento, para sentir y disfrutar esta preciosa tierra. Dispone de habitaciones dobles con y sin baño y de apartamento rural equipado de dos habitaciones. Comedor, salón muy acogedor con chimenea y habitaciones bien equipadas. Sirven un estupendo desayuno casero. Vistas y entorno extraordinarios.

Restaurante Sutargi Jatetxea. Nasa Kalea, 11 ONDARROA (Vizcaya).

En el centro de la localidad, en el casco viejo, y en lo que siempre fue un bar-restaurante de encuentro de pescadores hoy está este establecimiento que siguiendo la tradición del lugar ofrece unos ricos platos basados en la calidad del producto, siendo su mejor referente los platos de pescados, frescos del día, y las conservas de Ondarroa; entre ellos hay que destacer la muy apreciada merluza a la ondarresa.

No hay que olvidar darse un paseo por el barrio rural de Gorozika, de clàsicos caseríos y bellos paisajes ni de asomarse a sus playas y acantilados. Además de sus pescados, los quesos, el txakolí y la repostería no han de faltar en algún momento de nuestra visita para que esta sea plenamente satisfactoria.

foto vía: wikimedia

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