Toro, la muy noble, muy leal y muy antigua
Elevada sobre un cerro, centinela del Duero y de su fértil vega, que pasa y se extiende a sus pies, presidiendo su amplia campiña repleta de vides, cereales y árboles frutales, se encuentra la bella y monumental ciudad de Toro, en la provincia de Zamora, a 33 kms. de su capital, declarada Conjunto Histórico-ArtÃstico.
De orÃgenes muy remotos, siempre gozó de una gran relevancia, teniendo lugar en sus tierras importantes hechos históricos, especialmente durante la Edad Media, siendo el más notable la victoria de las tropas de Isabel I de Castilla sobre los ejércitos de Juana la Beltraneja que expulsaron a los portugueses y permitieron su acceso al trono de Castilla; por lo que la ciudad de Toro adquirió una gran notoriedad, jugando un papel importante en la polÃtica castellana de la época y convirtiéndola en morada de nobles, moriscos y judÃos.
Muchas son las edificaciones religiosas y civiles que se pueden visitar y contemplar en la monumental ciudad de Toro, plena de iglesias, conventos y mansiones nobiliarias, pero de entre aquéllas sobresale la Colegiata de Santa MarÃa La Mayor, joya arquitectónica del siglo XII, mezcla de estilos románico y gótico, de planta basilical de tres naves y crucero rematado por un destacado cimborrio, con la magnÃfica portada de la Majestad, del siglo XIII y en su interior el retablo flamenco del siglo XV de la Virgen de la mosca y otras interesantes obras pictóricas y escultóricas de los siglos XV, XVI y XVII.
Interesantes resultan los templos de estilo mudéjar, la Iglesia de San Salvador, siglo XII, que alberga un Museo de Arte Sacro, la Iglesia de San Lorenzo El Real, siglos XII-XIII, con un destacado retablo mayor y el coro; asà como la Iglesia del Santo Sepulcro, del siglo XII, de planta de tres naves, capitales semicirculares y una bonita portada gótico-mudéjar, la Iglesia de San Julián de los Caballeros, la Iglesia de la SantÃsima Trinidad, la Iglesia de San Sebastian de los Caballeros, la Iglesia de Santo Tomás Cantuariense o la Iglesia de Santa MarÃa de La Vega.También monasterios y conventos, tales como el Real Monasterio del Sancti Spiritus, el Real Monasterio de Santa Clara, el Convento de San José, y el Convento de las Carmelitas Descalzas.
Entre los edificios civiles, es destacable el Palacio de Las Leyes, del siglo XIV, con una singular portada, donde fueron dictadas las «Leyes de Toro», asà como el Palacio de los Condes de Requena, el Palacio de Bustamante, el Palacio de los Marqueses de Alcañices, el Palacio de los Marqueses de Castrillo, el Palacio de ValparaÃso o el Palacio de las Bolas.
En nuestro paseo por la ciudad de Toro, resulta de interés acercarnos al Puente Medieval sobre el rÃo Duero, del siglo XII, de estilo románico tardÃo, de sillerÃa y con veintidos arcos apuntados; la Torre del Reloj, que se levanta sobre la antigua puerta del mercado, sobria, de estilo barroco del siglo XVIII; el Ayuntamiento, del siglo XVIII, de estilo barroco clasicista; el Hospital de la Santa Cruz, con patio renacentista, la Puerta de Corredera, la Puerta de Santa Catalina y al Arco del Postigo.
Para esta nuestra visita de hoy de «Lugares con encanto. Parada y Fonda» elegimos los siguientes establecimientos:
Hotel Posada Palacio Rejadorada. calle Rejadorada, 11-13 Toro (Zamora).
Ubicado en un antiguo palacio del siglo XV, rehabilidado con todo el encanto de antaño, suelo y artesonado; ofrece unas estancias amplias distribuidas en 5 habitaciones dobles especiales, 9 habitaciones dobles y 1 habitación adaptada para minusválidos; salón para descanso con chimenea, cafeterÃa-bar y restaurante.
Restaurante Los Bocoyes. Paseo del Espolón, 1 Toro (Zamora).
En pleno centro de la ciudad, muy cerca de la Colegiata, integrado en el Hotel Juan II, dentro de un ambiente y decoración rústica, ofrece mediante una amplia carta una cocina tÃpica castellana bien elaborada con algunas variantes, sobresaliendo los platos de cuchara y su extensa carta de vinos donde tienen cabida todas las referencias de los vinos D.O. de Toro.
La villa de Toro es conocida también como «Tierra de Vinos», por la bien merecida fama de sus vinos, potentes y sabrosos, que no debemos dejar de catar a la hora del almuerzo o de la cena, o bien haciendo una «paradita» en nuestro callejeo por la ciudad, en alguno de los muchos bares que hay desde la Colegiata a la Torre del Reloj y en la soportalada Plaza Mayor.
Fotos vÃa: zamora y solwtrav