Los Sanfermines en Pamplona

Fiestas de San Fermin

Hoy es 7 de julio y… sí, seguro que ya ha venido la cancioncilla a vuestra cabeza ¡San Fermín!. Pamplona entera está de fiesta. Hoy en todos los telediarios podremos ver el famoso txupinazo, y luego el Encierro, y veremos a los toros caerse un año más en la curva de La estafeta, y cómo no, a los mozos cayendo apelotonados a la entrada misma de la plaza de toros.

Para muchos es un fiesta incomprensible; se necesita valor para correr delante de animales así, pensarán unos. Otros se mostrarán en contra de fiestas con animales. Pero sea como sea, la Fiesta de San Fermín en Pamplona es una de las más conocidas y populares (por no decir, la más conocida) de toda España. Allí llegan desde todas las partes del mundo, gentes que, vestidos de blanco y con su pañoleta roja al cuello, desean cumplir al menos una vez en la vida con la tradición de correr frente a un toro. Sin duda, Ernest Hemingway le hizo un gran favor a estas fiestas desde que en el siglo XX las apoyara fervientemente en su novela «The sun also rise» («Fiesta»). Fue el empujón que necesitaban para que se hicieran internacionales.

Historia de las Fiestas de San Fermín

Pero estas fiestas se remontan casi al siglo XIII. A finales de junio en Pamplona se celebraban las fiestas de San Juan para conmemorar la entrada del verano. Eran habituales las ferias comerciales en las que se congregaban comerciantes, agricultores y ganaderos de la región y alrededores. Poco a poco, estas ferias fueron reuniendo a cada vez más gente y ya, en el siglo XIV, se tiene la primera constancia escrita de unas corridas de toros.

Por otro lado, cada 10 de octubre, mediante una autorización del propio rey Carlos I de Navarra, desde el año 1324, se celebraban las Fiestas de San Fermin, en conmemoración al Santo (que por cierto, no es el patrón de Navarra, sino que lo es San Saturnino). Aquellas fiestas, que duraban siete días, eran más unas fiestas religiosas que paganas. Sin embargo, el mal tiempo por esas fechas causaba grandes prejuicios y en el año 1591, finalmente los pamplonicas decidieron cambiarlas de fecha.

Pensaron que lo ideal sería unir ambas fiestas, las de antes del verano con las del 10 de octubre, y hacerlas coincidir durante su Feria, de modo que se puso como fecha el día 7 del mes 7; ésto es, el 7 de julio. Así, el primer documento escrito a modo de programa de fiestas, que se conserva, es el del 7 de julio de 1591, año en que las fiestas duraron sólo dos días, pero en las que hubo pregón, bailes y por supuesto, corridas de toros. Con los años, se fueron incluyendo otros programas, además de El Encierro, y fue en el siglo XX cuando se comenzó a inaugurar las fiestas con el famoso Chupinazo.

Hoy, Pamplona es pura fiesta. No sólo para correr delante de los toros, pues el Encierro apenas dura unos cuantos minutos, sino para reírse y vivir olvidado de todas las rutinas. Son días de esta despiertos las 24 h., de beber y comer, de bailar y cantar, y de asistir a los cada vez más números eventos que Pamplona le propone a todos sus visitantes.

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3 comentarios

  1. Luffy dice:

    La foto de la plaza del ayuntamiento…la podríais cambiar por otra,no? Porque el emblema de ETA…no es de buen ver que digamos

  2. Javier Gómez dice:

    Tienes toda la razón, Luffy, no me había dado cuenta. Ya está cambiada

    Saludos

  3. Ruben dice:

    El patron de Pamplona es San Saturnino y San Fermin, y el patrono de Navarra es San Francisco Javier

    Saludos

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