Logroño, el puente de la ruta jacobea

Logroño

Logroño es otra de las tantas ciudades que, históricamente, ha estado vinculada al legendario Camino de Santiago. Su casco antiguo ha estado vinculado a él, y presenta una perfecta simbiosis entre modernidad y antigüedad. Según cuenta la historia, la población fue arrasada por el Cid y repoblada por Alfonso VI, comenzando a destacar en el siglo XI como principal punto de la ruta jacobea.

La visita a la ciudad la podemos iniciar en el Paseo del Espolón, un amplio espacio ajardinado en donde destaca la estatua ecuestre del general Espartero. Aquí se situaría la frontera entre la ciudad moderna de largas avenidas y el barrio antiguo. Pasando a este último nos acercaríamos a la Plaza del Mercado, donde se levanta la figura de la Concatedral de Santa María de la Redonda, erigida en el siglo XV. Destacamos de ella su grandiosa fachada, escoltada por dos esbeltas torres casi gemelas.

Junto a la catedral, en la calle Portales, se halla la casa de los Chapiteles. Al otro lado del templo catedralicio, se levanta la Iglesia de San Bartolomé, del siglo XIII. Si seguimos un poco más allá nos encontraremos con la Iglesia de Santa María del Palacio, con una hermosa torre octogonal, y un retablo en su interior grandioso, obra del artista flamenco Arnaut de Bruselas.

Desde allí queremos que os acerquéis a la Ruavieja y Barriocepo, que recorren la zona del casco antiguo en lo que se denomina la ruta jacobea. El ambiente es casi idéntico al de hace siglos. Allí se alza la Iglesia de Santiago, del siglo XVI, con una inmensa imagen de Santiago. La calle de Barriocepo lleva hasta El Revellín, un lienzo de la antigua muralla en el que se abre una puerta de la época de Carlos I.

En el Palacio de Espartero se halla el Museo de La Rioja, lugar donde vivió y murió el general. Desde allí pasaríamos a la ciudad moderna de Logroño, abierta a partir del siglo XIX, desde las antiguas murallas. Desde entonces se han ido construyendo espaciosas avenidas, que albergan el Teatro Bretón de los Herreros o la Plaza de Abastos.

La vida logroñesa se ha desplazado en los últimos años hacia esta parte de la ciudad, sobre todo a las avenidas Gran Vía y Vara del Rey, o a la zona que se denomina de las cien tiendas. Aún así, la Plaza del Mercado sigue acogiendo a numerosos visitantes que se acercan hasta su esencia, sus terrazas y tascas, los talleres artesanos y los cafés tradicionales. De allí os recomendamos las calles Laurel y San Juan, donde se reúnen los mejores mesones para el chiquiteo, y la calle Bretón de los Herreros, con un buen número de cafés originales.

Gastronomía

Los vegetales logroñeses son de extraordinaria calidad, empezando por los espárragos y las alcachofas, y siguiendo por las judías, los cardos, las pochas o las alubias. Os recomiendo a su vez los pimientos de las huertas del Ebro, que sirven además para condimentar numerosas salsas que acompañan muchos platos y guisos, como las patatas con chorizo, las manitas de cerdo o las sabrosas chuletillas de cordero asadas al sarmiento. Ni que decir tiene que todo ello debe ser regado con los sabrosos vinos riojanos, quizás de lo mejor de la península.

Fiestas

El 11 de junio se celebra en Logroño la fiesta de San Bernabé. En ella la ciudad conmemora la liberación del cerco francés, con diversos actos, entre los que destaca el reparto de pan, peces y vino. Durante las Fiestas de la Vendimia, al inicio del otoño, tiene lugar el tradicional pisado de la uva y la ofrenda a la Virgen de Valvanera del primer mosto de la cosecha.

Cómo llegar

El aeropuerto de Logroño se encuentra a 14 kilómetros de la ciudad. Para llegar a él hay que coger la A-68 hasta la salida de Agoncillo o la carretera nacional 232. Logroño también dispone de estación de ferrocarril.

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