Los Oscos en Asturias
En España todavÃa quedan tierras donde parece que el tiempo no ha transcurrido y conservan aún un cierto aroma del pasado. En este caso, en el artÃculo de hoy, no me refiero al aroma tÃpico de villas de estilo señorial de épocas medievales o modernas, sino de territorios que, al tener un carácter propio muy marcado, apenas globalizado, han conseguido mantener el aire especial que les es propio, totalmente popular.
Nos referimos concretamente a los municipios de los Oscos asturianos, a Villanueva de Oscos, Santa Eulalia de Oscos y San MartÃn de Oscos, que se sitúan al lado de la frontera de Asturias con Lugo en una geografÃa aislada. Es una zona que posee un ambiente rural que se escapa del folklore, de una naturaleza muy poco manipulada y una arquitectura tÃpica.
Los lugareños de los Oscos son auténticos vestigios del pasado. Con un rostro arrugado por la vida en el campo y su historia, nos contarán (junto a un vaso de sidra y una ración de picadillo de cerdo como no podÃa ser de otra manera) en su propio dialecto o lengua, fala, que sus tierras no siempre fueron tan solitarias. Que alguna vez hubo mucha vida en su valle.
Y es que los Oscos también tuvieron su particular época dorada. De sus tierras salÃan todo tipo de utensilios culinarios, instrumentos del campo o trabajo que tenÃan que ver con el hierro. Sus exportaciones no se limitaban a Asturias sino que otras tierras españolas e incluso europeas vieron sus campos y cocinas inundadas de instrumentos y utensilios provenientes de este recóndito lugar de Asturias.
De hecho todavÃa quedan muestras claras de la prosperidad pasada tal como puede ser el monasterio de Santa MarÃa en Villanueva de Oscos. Construido entre los siglos XII y XVII hoy está declarado Monumento Histórico ArtÃstico. En el mismo municipio también podremos visitar la parroquia de Morlongo, con el castro, el molino y sus hórreos con cubierta de paja (Teitos) originales.
Además, el viaje no puede estar totalmente acabado si no visitamos la sierra de PumarÃn y sus restos prehistóricos o, no tan antiguos pero igualmente impresionantes, restos de pueblos abandonados o semiabandonados donde llegan a vivir tan sólo una o dos familias. Quizás el caso paradigmático sea el de San Cristobal, donde tan sólo habita una pareja.
Resumiendo, aunque parezca increÃble en esta época globalizada, todavÃa quedan restos de una España antigua, rural y para nada mitificada.