El Castillo de Torrelobaton en Valladolid

Castillo de Torrelobaton

Tuve la oportunidad hace algunos años de visitar el Castillo de Torrelobatón, situado en el pueblo del mismo nombre, en la provincia de Valladolid. La vista que se tiene del castillo desde la población es preciosa, sobre todo porque se sitúa en la parte norte, en una pequeña colina.

Cuenta con una planta cuadrada y tres torres circulares en sus esquinas que se conservan en perfecto estado. La planta cuadrada en realidad se compone de ocho torres, mientras que su parte inferior alberga una parte con saeteras, y en su parte superior otros lugares para poder introducir armas de fuego.

No se sabe en realidad si en su origen el castillo estaba formado por dos recintos. Lo decimos porque, en la actualidad, la fortaleza está rodeada por una serie de muros de contención que dan la falsa impresión de un segundo recinto. La puerta de entrada se halla junto a la torre del homenaje. Esta puerta daba acceso a un patio, donde se hallaban las tropas y otros edificios de servicios.

La torre tiene una puerta de acceso al nivel del suelo y restos de otra en un nivel más alto, con signos de que existiera un puente levadizo. El interior consta de tres pisos abovedados. Hay un pequeño túnel que conduce desde el patio hasta el foso. Además, para hacerlo más misterioso, el castillo alberga en sus entrañas un pasaje subterráneo secreto.

Probablemente, el castillo fue construido con función militar en el siglo XIV. Sin embargo, el actual castillo que podemos ver en la actualidad data del siglo XV, cuando la fortaleza y la población de Torrelobatón eran propiedad de la familia Enríquez, Almirantes de Castilla. Es el escudo de armas de esta familia el que se puede ver esculpido en la torre del homenaje del castillo.

El acontecimiento más significativo en la historia del castillo tuvo lugar en 1521. Más tarde fue sitiado y conquistado por las tropas de los Comuneros, comandados por Padilla, porque sus habitantes defendían la causa del rey Carlos V.

Hoy en día su interior no se puede visitar del todo. De todas formas, en nuestra opinión, merece la pena acercarse por sus alrededores. El silencio y la impenetrable mirada que emana de sus piedras os hará sentir por un momento todo el peso de la historia de Castilla a vuestros pies.

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