Luarca: la villa blanca de la costa verde
Asentada sobre una pendiente, atravesada y dividida en dos por el cauce serpenteante del rio Negro hasta su desembocadura, donde va a morir, es justo por donde comienza la vida de este bonito y encantador pueblo de larga tradición marinera que es Luarca (Asturias).
En su bullicioso y alegre puerto pesquero abarrotado de barcas que le dan colorido y hasta el que hay que llegar para pasearlo y contemplarlo desde una atalaya que hay en su extremo, se obtiene una vista espectacular. Allí es donde está emplazado un singular y pintoresco cementerio, que parece colgado sobre el mar, mandado levantar por los indianos que regresaron a la localidad y en el que se encuentran los restos del ilustre y galardonado premio Nobel de Fisiología y Medicina Severo Ochoa, natural de la villa, y los de su esposa.
En la misma atalaya está la Capilla de la Atalaya o de la Virgen de la Blanca, en el lugar que ocupaba la antigua torre vigía de los balleneros, que guarda en su interior el paseo de Jesús Nazareno y la imagen de la Virgen de la Blanca, talla gótica recogida por los marineros en la mar por el siglo XVI. Ermita y cementerio forman un impresionante conjunto.
Junto al puerto está la Calle del Lobo, en la que encontramos la Iglesia de Santa Eulalia, de estilo clasicista, levantada a finales del siglo XIX en sustitución de la anterior, de la que conserva unos magníficios retablos barrocos del siglo XVIII, especialmente el retablo Mayor, y cuenta con un bello pórtico de la misma época.
El centro de la villa es la Plaza de Alfonso X, donde se encuentra ubicado el Ayuntamiento, edificio de primeros de siglo, modernista, al igual que el Kiosko de la Música; y en uno de los extremos de la plaza está la Casa de los Marqueses de Gamoneda, edificio del siglo XVIII, barroco, que dispone en su fachada su espectacular escudo entre pilastras, rematado por un frontón mixtilíneo y pináculos. El paseo se puede continuar por el Puente Nuevo, la calle Párroco Camino hacia la Plaza de la Constitución y la Plaza de Severo Ochoa. También merece la pena un paseo cruzando el Puente del Beso y adentrarnos en la estrechas calles del Barrio de La Pescadería.
En la Calle Olavarrieta o Calle de La Zapatería se encuentra el Palacio del Marqués de Ferrara, construído entre los siglos XVI y XVIII, que lo conforman dos edificios nobiliarios integrados y comunicados por el Arco Bayón que cruza la calle, actualmente un ala del edficio lo ocupa la Casa de la Cultura y el otro ala la comisaría de policía. Por una escalinata cercana llegamos al Barrio del Pilarín, a través de la Calle El Crucero, cruzando el puente, hasta la Plaza de Los Pachorros, con edificios modernistas como el del Círculo Liceo. Otro del mismo estilo digno de ver es el de La Casa de Guatemala (Villa Tarsila). Muy cerca se encuentra la Fuente del Bruxo, del siglo XVIII, clasicista, con la Cruz de Los Ángeles tallada.
Para obtener la mejor vista de la villa de Luarca hay que subir al promontorio del barrio de La Peña, donde se encuentra la Capilla de San Martín, de estilo barroco, del siglo XVII, desde donde se puede contemplar una bella estampa de sus casas y calles atravesadas por el curso del rio Negro describiendo los meandros que caracterizan la bella imagen de la localidad.
Llegado el momento de ocuparnos de nuestra estancia y manutención, la propuesta de nuestra Parada y Fonda del día hay que buscarla en dos lugares idóneos y acordes con el lugar en que estamos.
Hotel Villa La Argentina. Villar de Luarca s/n. Luarca (Asturias).
En una Quinta asturiana de lujo de 1899, modernista, de estilo indiano, construída por la familia indiana de los Pachorros, situada en una zona residencia de la localidad de Luarca, en el Parque de La Barrera, se encuentra establecido este precioso hotel pleno de encanto; en torno a la casa se extiende un hermoso y romántico jardin con camelias, hortensias, palmeras, robles y otros muchos árboles, con piscina, pistas de tenis, fuente y bancos. Cuenta con doce habitaciones bien equipadas, cómodas y silenciosas con una decoración, aunque algo recargada, en línea con la del resto de la casa, cuyos interiores están decorados con mobiliario y adornos propios de la «belle epoque».
Restaurante Sport. calle Rivero, 9 Luarca (Asturias).
Con vistas al puerto pesquero se encuentra este buen restaurante que se ha constituído en un importante referente de la zona occidental de Asturias. Su comedor acristalado, maderas y toques elegantes le favorecen creando un ambiente familiar y acogedor. Su cocina basada en el recetario asturiano mezcla platos tradicionales con otros modernos. En su carta caben destacar los mariscos y los pescados de roca; el pulpo está fabuloso. Cuentan con una cetárea propia.
Si la época lo permite, y prueba de ello es que la localidad de Luarca en la temporada estival se convierte en un importante centro de veraneo, un buen baño en algunas de sus bellas playas es más que saludable, entre las que se pueden citar la playa de La Cueva, la de Otur y algo más lejana pero de gran atractivo es la playa de Barayo.