Covarrubias, un precioso pueblo castellano

Covarrubias

En la denominada ruta de Fernán González, Covarrubias es un precioso pueblo castellano de original arquitectura, que se sitúa a 41 kilómetros de Burgos capital y a 237 kilómetros de Madrid, en la orilla del río Arlanza.

Su nombre se debe a las cuevas de color más bien rojizo que se encuentran en los alrededores de la localidad. Solamente cuenta con unos 650 habitantes que tienen como actividad básica todo lo relacionado con el sector agrícola y con un turismo que cada vez es más importante.

Antiguo enclave, se sabe que aquí en Covarrubias estuvo asentada la tribu celtibérica de los tumódigos, para posteriormente pasar a ser un importante castro romano. Allá por el año 978 se le concede el título de infantado, pero entra de lleno en la historia por haber sido feudo de Fernán González, importante personaje que, con el título de conde de Castilla, orientó su política a liberar el territorio castellano del dominio de los reyes leoneses.

El trazado uniforme y las calles empedradas de Covarrubias definen a esta villa de encaladas casas, algunas con soportales y la mayoría de tres alturas. En general se ha sabido mantener el aspecto y el viejo regusto de otras épocas.

Una fenomenal edificación del siglo X y la más antigua de toda la provincia de Burgos es la torre de Doña Urraca. En su origen, esta torre formaba parte del recinto amurallado de la localidad, desaparecido en el siglo XVI. Es lugar de innumerables leyendas, siendo la más extendida aquella que cuenta cómo en esta torre Duña Urraca fue emparedada por su propio padre, Fernán González.

La ex-colegiata de San Cosme y San Damián es una edificación gótica que se levanta sobre restos visigodos. La mayor parte de lo que hoy en día tenemos se encuadra a finales del siglo XVI, como el sobresaliente claustro. Especial atención merecen igualmente los sepulcros de Fernán González, primer conde de Castilla, y Doña Sancha, cuyos restos reposan en un sarcófago paleocristiano.

La sacristía alberga un museo cuya joya es el tríptico «La Adoración de los Reyes Magos«, que se cree obra de Gil de Siloé. Muestra piezas de los siglos XVI y XVII de gran valor artístico e histórico, como unas tablas de Pedro Berruguete o la Cruz Procesional del XVI.

Foto Vía: Alfie 2001

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