San Vicente de la Barquera, ensenada abierta al mar
En la costa occidental de Cantabria, a 62 kms. de su capital, Santander, dentro del Parque Natural de Oyambre, en una profunda y amplia ensenada donde confluye el corto rio del Escudo con el mar, colocada en el promontorio de San Vicente y con los Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica como telón de fondo, se encuentra la bonita y pesquera villa de San Vicente de la Barquera, cuyos habitantes se han dedicado de por vida, preferentemente, a la pesca, que en prueba de ello siempre se nos presenta con una nutrida y salpicada flota de barcas, como también lo demuestran sus tradiciones, costumbres y fiestas populares; también la ganadería tiene su importancia, como la hostelería y el turismo lo son en la actualidad.
El enclave de esta preciosa villa de San Vicente de la Barquera, es un lugar de gran belleza natural y encanto, que nos ofrece una amplísima y colorista panorámica, al encontrarse dentro del extraordinario paraje del Parque Natural de Oyambre, integrado por rías, acantilados, dunas, bosques y prados que se funden con el mar, siempre con la impresionante presencia de los Picos de Europa.
La parte monumental de la ciudad se situa en la llamada acrópolis barquereña, donde podemos visitar la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, construida entre los siglos XIII y XVI, de estilo gótico y elementos del románico tardío; destaca en su exterior la torre fuerte y sus dos puertas románicas, y en su interior, de tres altas bóvedas ojivales, el retablo barroco y el sepulcro del inquisidor Antonio Corro. El Santuario de la Barquera, del siglo XIII y posteriormente restaurado, guarda en su interior la imagen de la patrona de la localidad, la Virgen de la Barquera. El Convento de San Luis, construido en el siglo XV, y con claustro gótico, del que se conservan elementos originales de sus muros, ábsides, bóvedas y arcos.
El edificio civil más destacado es el Palacio del Corro, del siglo XVI, actual sede del Ayuntamiento, mandado construir por el inquisidor Antonio del Corro, de fachada clasicista y decoración plateresca. Frente a éste se hallan los restos renacentistas del antiguo Hospital de la Concepción. Muy cerca, el Castillo del Rey, del siglo XIII, dominando desde un altozano es hoy un centro de exposiciones. La Muralla, que es lo que queda del antiguo recinto amurallado con las Puertas de Asturias y de la Barrera o de Santander, gótica, flanqueada por la Torre del Presbote, oficial encargado de la recaudación de impuestos, y la Puerta del Mar, de reciente construcción.
El Puente de la Maza, gran obra de ingeniería del siglo XV, construido en piedra sobre uno anterior de madera, llegó a contar con 32 arcos; y el Puente Nuevo, de finales del siglo XVIII, dan un rasgo característico a la estampa típica de la villa.
Por sí mismo y como punto de partida para visitar otros muchos y bellísimos lugares de los alrededores, San Vicente de la Barquera, es una buena plaza para establecer una «Parada y Fonda«.
Hotel Luzón. Avda. de Miramar, 1 San Vicente de la Barquera (Cantabria).
Construida como hotel en el año 1905, en el centro de la localidad, frente al parque, esta mansión urbana, con arquitectura de sillares, rústica, que conserva su estilo original, se levanta enmedio de su jardín, con vistas sobre la ría. Cuenta con 36 habitaciones confortables y totalmente reformadas, correctamente equipadas; destacando en sus dependencias una escalera con barandilla de hierro que conduce a las habitaciones y su amplio vestíbulo de aspecto lujoso.
Restaurante Boga Boga. Plaza de José Antonio, 9 San Vicente de la Barquera (Cantabria).
Restaurante hotel donde preparan unos excelentes platos que tienen como destacada materia prima los pescados y mariscos del cantábrico, la langosta, el bogavante, la nécora, el centollo, el lenguado, el mero, la merluza, la lubina, el salmonete, el rodaballo, preparados de diferentes formas resultan exquisitos; aunque sus especialidades más características pueden ser el cabracho, al horno con un toque de ajo arriero, y el sorropotún, plato típico del lugar, que es una marmita de bonito. Muchos premios y titulos avalan a este distinguido establecimiento.
Amplias y maravillosas playas, muy frecuentadas en verano, se extienden por el litoral de la localidad, tales como las de La Maza y El Tostadero, la playa de Merón de tres kilómetros de longitud, que a su vez se divide en varias playas y la playa de Oyambre. Hacia el interior, prados, montañas y pueblos que conforman parajes preciosos y rincones muy atractivos.
Foto vía: granpremiocoral
Foto vía: bogabogasvb