Pollensa, luz y carácter en una bella fusión

Pollensa

En el extremo norte de la isla de Mallorca, donde termina la Sierra de Tramontana, emplazada en la linde de unas fértiles tierras de labranza, y fundiéndose con el mar Mediterráneo, se encuentra la bella población de Pollensa; lugar ideal para perderse en el tiempo paseando por las sinuosas y empedradas calles con sus casas de piedra, que conservan todo el sabor antiguo, con mucho carácter y encanto, de manera tradicional y culta, llena de luz.

Por todo ello y por ser uno de los lugares más bonitos del Mediterráneo, ha sido elegido por pintores y literatos para desarrollar sus obras, que han tenido gran calado cultural y artístico, y han impulsado numerosos museos y galerías de arte, siendo su mejor exponente el Festival de Música Internacional, de fama mundial, que se celebra todos los años en el mes de agosto.

Es la Plaza Mayor, el centro y vida del pueblo,  donde se concentra su esencia, llena de gente y de bares, lugar preferido de los lugareños. Aquí se levanta la Iglesia de Nuestra Señora dels Angels, del siglo XVIII, de estilo clasicista con ornamentaciones barrocas, en la que destacan su altar y la torre campanario. Al lado está la Plaza Vieja, que constituye junto con las calles de los alrededores un bonito conjunto urbano de marcado carácter medieval. En la calle Jesús está el edificio Montesión, hoy convertido en el Ayuntamiento, del siglo XVIII, de estilo barroco. Partiendo de la misma calle Jesús se llega a El Calvario, subiendo 365 escalones, los mismos que días tiene un año; que es una pequeña capilla del siglo XVIII, que guarda en su interior, en el altar mayor, un grupo escultórico, gótico de madera,  de Cristo y la Virgen al pié de la cruz. En el Convento de Santo Domingo, de finales del siglo XVI ; hoy sede del Museo Municipal, dedicado a la arqueología local, destaca su claustro, lugar que acoge el Festival de Música, entre otros eventos.

Junto al convento de Santo Domingo están los jardines de Joan March; en la Plaza de L’Almoina, se encuentra la Font del Gall, del siglo XIX, que se trata de una bonita e histórica fuente rematada por un gallo, símbolo de Pollensa. En las afueras de la villa, en la calle Pont, está el Puente Romano, de origen antiguo y desconocido.

Para disfrutar en toda su medida de este bellísimo lugar, es conveniente buscar un satisfactorio alojamiento, por lo que en «Lugares con encanto. Parada y Fonda«, proponemos un hotelito así mismo lleno de encanto.

L’Hostal. Hotel d’interior.  calle Mercat, 18   Pollensa (Mallorca).

L'Hostal en Pollensa

Ubicado en el mismo centro de la población, en un antiguo edificio que se usaba para descanso de la caballerías en los días de mercado; rehabilitado y decorado con mucho detalle, ofrece 6 habitaciones muy confortables, perfectamente equipadas, cálidas y acogedoras, decoradas con contrastes de buen gusto. En el piso inferior, en un espacioso salón se sirve el desayuno-buffet, y junto a éste se encuentra un patio acogedor y pintoresco.

Restaurante Clivia

Muy cerca, en la calle principal del casco antiguo, para satisfacer el apetito, está el Restaurante Clivia, en la Avenida de Pollentia, 7, ubicado en una antigua y estupenda casona, espaciosa y de techos altos, que en un ambiente íntimo y elegante ofrecen una buena cocina mediterránea elaborada con una seleccionada materia prima; buenos mariscos, pescados, asados, arroces y postres caseros con un precio lógico y un buen servicio.

Como una continuación del pueblo y fusionándose con el mar, llegamos a Puerto Pollensa, que nos brinda un bonito paseo por sus calles con elegantes casas  flanqueadas de pinos y tamarindos y unas seductoras playas. Si la hora de comer nos sorprende en este agradable paseo, nuestra sugerencia es el Restaurante Stay, en Muelle Nuevo. Puerto Pollensa, que goza de una buena terraza junto al mar y elabora una buena cocina mediterránea con un toque personal. Puerto Pollensa también puede ser una buena elección para la noche, puesto que está llena de terrazas, bares de copas y discotecas.

Que no se olvide probar los embutidos y la sobrasada en algunos de los momentos adecuados para ello y hacerse también de una rica ensaimada de albaricoque; esto último con un café doble estará mejor.

Foto vía: laspain

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