La Vaquilla, fiestas del Ángel en Teruel
Cuenta la historia, mitad historia mitad leyenda, la curiosa fundación de la ciudad de Teruel allá por la Edad Media. Ya saben, esa historia de aquel toro mugiendo y de la estrella que lo ilumina y que sirven como presagio para elegir un lugar para erigir una ciudad, amén de aquel lugar, supuestamente coincide con la actual Plaza del Torico.
Este hecho se conmemora durante la primera quincena de julio, dentro de las celebraciones de las Fiestas del Santo Ángel, santo patrón protector de la ciudad. Sin embargo, estas Fiestas del Ángel, que son las más importantes de la ciudad turolense junto con las de Las Bodas de Isabel de Segura, por todos es comúnmente más conocida como La Vaquilla.
Los habitantes de la ciudad sacan sus ropas blancas y su pañuelico, de color rojo, y la tranquilidad siempre reinante en esta villa aragonesa se transforma en algarabía y diversión. Miles de personas invaden las calles, así como las charangas, que aportan su porción de colorido y ruido a estas fiestas durante los pasacalles.
La Puesta del Pañuelico es uno de los momentos grandes de la misma, si bien no es muy antiguo, pues se viene haciendo desde los años 80. Con todos los jóvenes reunidos en la Plaza del Torico, después de que el alcalde anuncie desde el balcón del Ayuntamiento el inicio oficial de las fiestas, los mozos de una peña tendrán que encargarse de colocar un pañuelico a la famosa estatua del Torico, escalando por la columna hasta llegar a la pequeña figurita de mármol.
Amén de las actividades propias de toda fiesta, como por ejemplo una siempre interesante agenda de conciertos, la mayoría de las actividades que rodean a estas Fiestas del Ángel tienen evidentemente mucho que ver con el mundo del toro. Hay corridas de toros, siendo la más famosa la que se celebra el Día de la Merienda, sueltas de vaquillas, toros ensogados y embolados …
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