Sagunto, el castillo del Mediterráneo
Nuestro paseo de hoy casi se podrÃa decir que lo hacemos por la antigua época romana, pues estamos en Sagunto, al norte de la provincia de Valencia, pero, mirando a nuestro alrededor, y sin que nos tachen de locos, nadie dudarÃa que estamos cerca de Roma. La ciudad cuenta con 62.000 habitantes que se distribuyen o bien alrededor del castillo y el teatro romano, o bien en el Puerto de Sagunto, una preciosa playa con vistas al imponente edificio almenado.
El cerro donde se asienta Sagunto comenzó a amurallarse ya en tiempos fenicios. Su proximidad al Mediterráneo y a las rutas comerciales, hacÃan que la ciudad necesitara obligatoriamente un fuerte bastión defensivo. Aún asÃ, Sagunto fue conquistada por los cartagineses que llegaron a las costas. Debido a esta situación estratégica, la ciudad fue también fruto apetecible para los romanos, que la tomaron en la Segunda Guerra Púnica. Fueron los romanos los que le dieron el nombre de Saguntum. De ahà hasta la conquista musulmana, Sagunto vivió una época de esplendor. Casi toda las travesÃas que tenÃan como punto de destino la PenÃnsula Ibérica arribaban al puerto de Sagunto. En la época musulmana, Sagunto fue una de las ciudades reconquistadas por el Cid Campeador, en el 1098, aunque no serÃa hasta el 1238 cuando Jaime I el Conquistador llevase a la ciudad a manos castellanas.
Todo este recorrido de culturas, tradiciones, religiones, hacen de Sagunto un lugar emblemático. Sus edificios son la muestra de un conjunto de estilos arquitectónicos, sus calles muestran la pervivencia de judÃos, musulmanes y cristianos que vivieron en la ciudad. Un rico legado que ha llegado hasta nuestros dÃas. Vamos a visitar los lugares más importantes.
Sin duda alguna, Sagunto es su Castillo, declarado Monumento Nacional en 1931. Una imponente fortaleza de un kilómetro de longitud que defiende la ciudad desde el valle y la observa con delicadeza. En sus murallas conviven restos Ãberos, romanos, y sobre todo árabes. Desde la ciudad de Sagunto las vistas de la fortaleza son impresionantes, sobre todo de noche, cuando una hilera de luces en fila india delimitan los contornos de la muralla. Aquà entre sus murallas luchó AnÃbal el cartaginés contra los romanos, en el 219 a.C, aquà en sus murallas también el Cid Campeador luchó denodadamente contra los musulmanes para agrandar su historia.
Hoy en dÃa la fortaleza se divide en varias plazas: la CeloquÃa o Plaza de Almenara , donde podemos ver aljibes y pavimentos romanos; la Plaza de Armas, con restos del foro romano, templos, columnas; la Plaza de la Conejera, totalmente árabe; la de la Ciudadela, la más elevada del Castillo; la Plaza del Dos de Mayo, donde se defendiera la ciudad de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia; la Plaza de San Fernando y la de los Estudiantes.
El otro gran sÃmbolo de la ciudad de Sagunto es su Teatro Romano. Se encuentra excavado en la misma roca que sostiene la fortaleza. Construido en el siglo I de nuestra era, fue declarado Monumento Nacional en 1896. Sentarse en sus gradas, contemplar en silencio sus piedras, el magnÃfico escenario, la efigie de la fortaleza que nos dirige su mirada desde lo alto. ¿Quién aún piensa que no estamos cerca de Roma o en algún lugar de la Edad Media?. En él hoy, gracias a su maravillosa acústica, se realizan representaciones teatrales y conciertos.
Muy interesante de visitar en Sagunto es también la Ermita de la Soledad, a la que se accede subiendo la empinada Cuesta del Calvario. En ella, desde el siglo XIX, se representa cada Viernes Santo la Pasión y Muerte de Cristo, un acontecimiento digno de mención. Otra preciosa iglesia de la ciudad es la de Santa MarÃa, iglesia gótica del siglo XV que se levanta sobre la antigua mezquita. Iglesia de planta cuadrada, de enorme anchura, está rematada en su interior por unos arcos de color blanco que, mezclados con la piedra oscura de sus paredes, le dan un contraste bellÃsimo. Es una imponente edificación, con gárgolas y enormes contrafuertes en el exterior, y preciosas vidrieras de nuevo en el interior.
No tenemos que dejar en nuestro paseo por Sagunto el Barrio JudÃo, un intrincado laberinto de callejuelas, estrechas, empinadas, del todo punto preciosas. Accedemos a él por la Calle Castillo, a través de un enorme arco de medio punto, el comúnmente llamado Portal de la JuderÃa o Portal de la Sangre. Las casas de todo el barrio están encaladas, adornadas profusamente con macetas de vivos colores. Una gran profusión de arcos se nos abren en nuestro camino. Es un viaje en el tiempo, un recuerdo imborrable de los siglos que duermen entre estos rincones.
Fiestas
Para visitar Sagunto, nada mejor que hacerlo en las Fallas, en la festividad de San José, del 15 al 19 de marzo. AquÃ, como en Valencia, enormes cabalgatas de ninots, pasacalles, y cómo no, mucho ruido y mucha traca, acompañarán al visitante. También, como dijimos antes, es recomendable la Procesión de la Pasión y Muerte de Cristo en la Cuesta del Calvario, en la Semana Santa de la ciudad. En la segunda quincena de julio se celebran las Fiestas Patronales en honor a San Abdón y Senén, y a la Virgen del Buen Suceso. Y, cómo no, en octubre, las Fiestas de Moros y Cristianos, ineludible paso por Sagunto.
GastronomÃa
Si nos encontramos en la provincia de Valencia, lógicamente debemos tomarnos alguna paella tÃpica, o bien un arroz negro o un arroz a banda. También son propios de la huerta valenciana la olla de fesols y naps , el potaje de garbanzos y la olla de carne.
Cómo llegar
Llegar a Sagunto no es en absoluto complicado. Sagunto está separada 28 kilómetros de Valencia, asà que podéis tomar un avión hasta la capital y luego dirigiros hasta la ciudad. Si vais en coche, debéis tomar la carretera local que sale de Valencia, para luego, a poco más de 4 kilómetros, tomar la salida que os indicará Sagunto – Teruel.
Si optáis por tomar un autobús desde Valencia, cada 45 minutos sale uno que realiza el recorrido en menos de una hora.
Y si preferÃs el tren, en apenas media hora llegas de Valencia a Sagunto.