Tudela, la historia de Navarra

Vista de Tudela

La región de Navarra es uno de los lugares donde mayor historia se concentra y se aglutina. La mayoría de los rincones albergan un pasado lleno de encanto y de vida. Uno de estos enclaves, a orillas del río Ebro, es la ciudad de Tudela. En la antigüedad, significaba paso obligado entre la meseta castellana y Francia. De ahí que desde siempre haya sido una ciudad muy viva y dinámica. Hoy os la presentamos.

Tudela desarrolló su importancia a partir del siglo IX, pasando posteriormente al reino de taifa de Zaragoza, hasta su reconquista, en 119 por Alfonso I el Batallador. De entonces queda el legado de un casco histórico que engloba el barrio cristiano, el judío y el musulmán. De hecho, durante bastante tiempo, la morería y la judería tudelana fueron de las más importantes del reino, y un gran foco de cultura.

La visita a este casco antiguo puede comenzar en el puente gótico de 17 arcos sobre el Ebro. Este puente nos lleva a la Iglesia de la Magdalena, de magnífica portada. Pasad por la calle del Portal que os llevará a la puerta románica de la Virgen, la más antigua del templo. Frente a la iglesia, en la calle Magallón, se alza uno de los más bellos palacios góticos de toda Navarra, el del Marqués de San Adrián.

Detrás de la Magdalena, en la Plaza San Jaime, se levanta otro palacio, esta vez el del Deán, que os ofrecerá la vista de la portada del Juicio, la mejor y más espectacular de las tres que tiene la Magdalena. Representa el Juicio Final. Si pasáis por ella, visitad el claustro de la iglesia. Junto a ella se halla el Palacio Decanal, que alberga el Museo de Tudela de arte sacro, donde se expone un Juicio Final que se atribuye a El Bosco. De allí pasamos a la Plaza Ugarte, donde se halla la última de las portadas de la Iglesia, y la figura del Ayuntamiento.

Iglesia de la Magdalena

Un poco más adelante se llega frente a la Casa del Almirante, y calle abajo, la Iglesia de San Nicólás, con una preciosa torre. También podéis tomar la Plaza de los Fueros, donde destaca la Casa del Reloj y la Iglesia de Santa María de Gracia. Allí veréis el arco de Yanguas y Miranda. Atravesamos la avenida de Villanueva para ver el Palacio de los Condes de Heredia Spínola y el del Marqués de Huarte, actual Archivo y Biblioteca Municipal.

Desde allí llegamos a la Plaza Mercadal, donde se halla la Iglesia de San Jorge y el Centro Cultural Castel Ruiz. Si tenéis tiempo, visitad en la Plaza Vieja el Museo Muñoz Sola de Arte Moderno. Y desde allí, la subida al Sagrado Corazón, o bien a la Torre Monreal. Desde cualquiera de los dos puntos tendréis una vista preciosa de Tudela y de todo vuestro recorrido.

Gastronomía

Lo más famoso de Tudela son sus vinos y sus verduras. También los guisos de carne, como el calderete a base de cordero o conejo, patatas y alguna verdura, o las costillas de cordero a la brasa del sarmiento. Entre las verduras destacan los cogollicos, pequeñas lechugas rizadas, las alcachofas, con o sin carne o con almejas, los pimientos del piquillo, solos o rellenos de bacalao, merluza o carne picada, y los espárragos frescos, templados y con salsa vinagreta o mahonesa.

Fiestas

En Semana Santa tiene lugar la quema del Volatín en la mañana del Sábado Santo, cuando en los balcones de la Casa del Reloj se prende fuego a un muñeco que representa a Judas, y que convertido en traca, da vueltas hasta desintegrarse. En la Plaza de los Fueros, el Domingo de Resurrección, sale de la Casa del Reloj un ángel niño que, colgado de una nube de algodón, se desliza por una cuerda hasta llegar a donde se encuentra la Virgen para quitarle el velo negro de su rostro. Es la tradicional bajada del Ángel.

Las fiestas patronales son las de Santa Ana a finales de julio, con procesión de la santa, concentraciones de gigantes, encierros y corridas de toros y el baile nocturno de la Revoltosa. La noche de San Juan se celebra el Paloteado de San Juan, una representación en la que se alternan danzas entre el ángel y el diablo, en el barrio de Lourdes.

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