Ecosistemas y visitas guiadas en Doñana

Parque Nacional de Doñana

Ayer os comentábamos un poco sobre el Parque Nacional de Doñana, concretamente realizábamos un breve recorrido histórico por sus orígenes y por las especies que viven hoy en él. Hoy queremos continuar haciendo un pequeño repaso a los ecosistemas que os encontraréis si lo visitáis, y sobre todo a las posibilidades que tenéis de hacer turismo en él.

Doñana cuenta en total con cinco ecosistemas distintos:

– Playa

Cuenta con unos 30 kilómetros de franja de playa cristalina, desde Matalascañas hasta el delta del Guadalquivir. Aquí se construyeron torres de vigilancia del siglo XVI por orden de Felipe II. Los pescadores vienen hasta aquí para pescar, y no es de extrañar a veces encontrar pequeñas tortugas nadando entre las olas.

– Dunas

Los vientos del Atlántico han provocado la formación de impresionantes dunas en Doñana, que están en constante movimiento hacia adentro, hacia las marismas, a razón de cinco metros al año. Brezos y matorrales crecen en ellas, ademásde pinos piñoneros.

– Marismas

Este ecosistema cambia a medida que van pasando las estaciones. Las lluvias de otoño inundan los pantanos, formando pequeñas lagunas. Esto atra a millones de aves acuáticas migratorias, que vuelan desde el clima frío del norte para reproducirse en Doñana. En primavera se forma una alfombra verde, lugar perfecto para anidar. El calor del verano seca la vegetación, y los pantanos dejan tras de sí un terreno agrietado

– Vera

La vera une las marismas y las arenas estabilizadas de los bosques. La vera es una zona verde y exhuberante, donde hay una gran variedad de pantanos y especies forestales. Gamos, ciervos, jabalíes, vacas y caballos suelen verse pastoreando. Junto a ellos, flamencos, cigüeñas y garzas.

Ruta 4x4 en Doñana

-Bosques

Pinos piñoneros, acebuches, alcornoques y enebros forman parte de los bosques de Doñana. Caminos y senderos atraviesan sus bosques densos. Aquí viven aves y pequeños mamíferos, como zorros, tejones y conejos, así como el camaleón, aunque este último no es muy fácil de ver. Además, aquí es donde ha logrado sobrevivir el lince ibérico. El canto de los pájaros compite con el sonido de los ciervos bramando en los pinares. Unos prismáticos son aquí esenciales para echar un vistazo a todo lo que hay a nuestro alrededor.

Visitas en 4×4 a los ecosistemas

Cada ecosistema se puede visitar, empezando en la zona sur, en el Centro de Visitantes del Acebuche. Para estas visitas guiadas se utilizan veinte plazas de 4×4, que se detienen en cada uno de los ecosistemas. El camino nos lleva hasta la playa, deteniéndonos en la Torre del Carbonero, del siglo XVI, continuando hasta las dunas. La evidencia de la vida silvestre a veces sólo se llega a ver con las huellas de la arena.

La visita guiada continúa en la zona de pastoreo de la vera y las marismas, en la que se puede ver el Palacio de Marismillas, del siglo XX. Construido para el Duque de Tarifa, personifica la típica residencia de lujo para la partida de cazadores de ricos y gente adinerada de la nobleza que venían aquí a cazar.

De aquí llegamos hasta el bosque de el Faro y el Poblado de la Plancha, donde hay un pequeño asentamiento de viviendas, con hornos y pilas de leña de carbón, que recrean la vida tiempo atrás en estos bosques. El viaje de regreso se realiza a lo largo de la amplia playa en dirección a Matalascañas. Esta ruta debe ser reservada con antelación.

También se puede hacer senderismo por nuestra propia cuenta, siempre a través del Centro de Visitantes del Acebuche, las Rocinas y José Antonio Valverde. Allí nos darán folletos de rutas que cubren los pinares, las dunas, las riberas de los ríos y las lagunas. Los caminos se suelen hacer sobre pasarelas de madera, observando principalmente las aves. Hay un sendero botánico de principios del siglo XX en el Palacio de Acebrón.

Foto 1 Vía Andalucia Fotos

Foto 2 Vía Lacorolla

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