La BasÃlica de San Isidoro en León
Cuánta historia encierra la capital del antiguo reino de León. Pasear unos minutos por sus calles es trasladarnos en el tiempo, un viaje que nos lleva siglo a siglo a buena parte de la historia más importante de esta España nuestra, tan monumental y tan valiosa. Calles que desembocan en plazas y templos, correrÃas de caballeros e hidalgos, nobles venidos tal vez a menos, y algún que otro monarca a la espera de mejores tiempos.
Callejeando desde la espectacular Catedral de León por la calle de San Pelayo y la de Serranos, volcamos nuestra mirada en la gran plaza empedrada de San Isidoro. AllÃ, desde el mismo siglo XI, testigo de tantas y tantas historias, mitos y leyendas tal vez, se levanta orgullosa la BasÃlica de San Isidoro, también conocida como Real Colegiata de San Isidoro.
Si os gusta el románico, como a mÃ, aquà estará vuestra iglesia favorita desde el momento en el que la visitéis. Fue Doña Sancha, esposa del rey Fernando I, quien en el siglo XI quiso construir, como Dios manda, nunca mejor dicho, una verdadera iglesia para albergar los restos de San Isidoro de Sevilla. Años más tarde serÃa Doña Urraca la que se encargara de la reconstrucción.
La fachada principal, la que se abre majestuosa en la plaza, tiene por asà decirlo dos partes bien diferenciadas. A un lado, la Puerta del Perdón, obra del genial Maestro Mateo, el mismo que más tarde darÃa a luz la Catedral de Santiago de Compostela. Accedemos por aquà al interior de la iglesia, para maravillarnós aún más con el recinto.
Nuestra primera visita es la Capilla Mayor, perfectamente decorada con su retablo de 24 tablas, y una urna de plata en donde se custodian las reliquias de San Isidoro. Si queréis, desde fuera también podéis acceder primero al resto de las dependencias y al museo. Sin embargo, nosotros bajamos a la cripta subterránea, para ver el famoso Panteón Real.
Fue construido también en el siglo XI, como el resto de la iglesia primitiva. Allà se guardan los sarcófagos de hasta 23 reyes y reinas, además de otros sepulcros de diversos miembros de la familia real y la nobleza leonesa. Las paredes del panteón están decoradas con frescos románicos del siglo XII, que permanecen intactos, como si acabaran de realizarlos, con escenas del Nuevo Testamento.
Nos queda para el final el maravilloso tesoro de la basÃlica, con cálices, cruces procesionales, o la biblioteca que, para los amantes de los libros como yo, guarda valiosÃsimos manuscritos miniados.
Ni que decir tiene que quedaréis maravillados ante tanta belleza y esplendor. Un recorrido por uno de los mejores ejemplos del románico que se mantienen en pie no sólo en España, sino quizás del mundo. Es lo que tiene haber sido capital de un antiguo reino.
Foto 1 VÃa FreeCat
Foto 2 VÃa Lyceo Hispánico