Durango, excursión en Vizcaya
El PaÃs Vasco es una de esas regiones que no importa la época en la que la visitemos. Turismo de playa, de montañas y senderismos, turismo de sol y de pueblos costeros, de excursiones y estancias largas. Una región con su filosofÃa de vida propia, y que cuenta con una de las mejores y más exquisitas gastronomÃas.
Encrucijada de caminos entre todas las provincias vascas es nuestro protagonista de hoy, Durango, tÃpica ciudad medieval, a pesar de su carácter industrial. Una ciudad que guarda un encanto antiguo y tradicional que nos fue grato descubrir.
Paseamos por el centro histórico de Durango, comenzando nuestra visita en la Iglesia de Santa MarÃa de Uribarri, templo gótico aunque restaurado en el siglo XVIII. Os cautivará su bellÃsimo campanario, y en especial, el inmenso pórtico de la entrada, que data del siglo XVI, y que se levanta sobre grandes vigas de madera.
Los lÃmites de Durango están al norte con esta iglesia, y al sur con la Iglesia de Santa Ana, del siglo XVIII. Del mismo nombre es la plaza en la que se halla el templo, y el Arco de Santa Ana, la última puerta abierta entre las murallas de la ciudad.
Si seguÃs paseando por Durango os encontraréis con otros edificios que merecen la pena ser visitados, como el Ayuntamiento renacentista, que data de finales del siglo XVIII, o el Palacio Etzexarreta, y que en la actualidad alberga el Museo de Durango. No olvidaros otra serie de edificios importantes, como el Palacio de Zabal y la Iglesia de San AgustÃn.
Antes de salir de Durango, nada mejor que recorrer el Barrio de Tabira, con la Iglesia de San Pedro, tal vez de las más antiguas de Durango, ya que data del siglo XV. Desde ahÃ, tomamos el coche para coger la carretera de Mañaria, y contemplar el Alto de Urkiola o el mirador de la Ermita del Cristo, el mejor lugar para ver el Parque Natural de Urkiola.
Durango es una buena ciudad para hacer un poco de turismo por la provincia de Vizcaya. Ciudad industrial pero que aún guarda los ecos de su pasado medieval. TÃpica ciudad vasca para saborear la esencia de un rincón cargado de simbolismo.
Foto VÃa Paula G.M