Albarracin, parada y fonda

Albarracin

Nada más llegar a Albarracín (Teruel) lo primero que hay que hacer es pararte delante de la villa y admirar su espectacular panorámica, asentada en una gigantesca roca sobre el rio Guadalaviar. Albarracín es Monumento Nacional desde 1961, considerado el conjunto histórico-artística más importante de Aragón y de los más destacables de España, y propuesto por la Unesco para Monumento de Interés Mundial. Un paseo por sus calles es como si lo diésemos a través del tiempo y como si éste pasara más despacio.

Lo que más nos llama la atención son sus casas, en su mayoría modestas, pero que forman un conjunto armónico construídas con entramados de madera y tabicones de yeso rojizo que le dan ese tono rosáceo, Ãºnico y peculiar y el vuelo de sus tejados que nos causa una sensación de penumbra; sin embargo, tambien hay casas macizas, envigadas y con galerias y de piedra caliza y de un más intenso rosa coral; entre las casas que destacan, están la Casa de la calle Azagra, la Casa del Chorro, la Casa de la Julianeta o la de la Brigadiera y que se entremezclan con palacetes, tales como el Palacio Episcopal, en el muestran varias piezas valiosas como el pez-naveta en cristal tallado, una cruz procesional, una custodia, una peana con esmeraldas y emalte francés y piezas de orfebrería, unas tablas policromadas góticas y unos cuadros de los siglos XVII y XVIII, y  desde el que se contempla una bonita vista de la ciudad, el de los Monterde y Antillón, el de los Navarro de Arzuriaga o el de la Casa de la Comunidad.

Paseando y callejeando, que es lo más recomendable en este precioso pueblo, dentro de su casco medieval, debemos de llegar a la Plaza Mayor, de trazas irregulares y casonas de balcones corridos; en su Catedral, del siglo XIII, de estilo gótico y recontruída en el año 1532 hemos de adentrarnos  pues cuenta con un hermoso retablo renacentista dedicado a San Pedro y cuenta con un buen número de tapices flamencos del siglo XVI, el Ayuntamiento, edficio del siglo XVII, con soportales, balcón corrido y elaborada barandilla de forja, tiene en el centro grabado en piedra el escudo de la localidad; La Muralla, cuyo comienzo data del año 1000, sólida construcción árabe, llegó a contar con tres fortalezas, la de Doña Blanca, la de El Señorio y la del Andador, conserva en la actualidad las Torres del Andador y de la Engarrada, de la Atalaya y de la Muela; dispone de dos puertas de acceso a la ciudad, junto a las torres defensivas, que son la del Portal de Molina y la del Portal del Agua; entre sus iglesias distinguimos la Iglesia de Santa María, de estilo gótico tardío y de origen visigodo, de nave única y capillas entre los contrafuertes, la Iglesia de Santiago, de los siglos XVI-XVII,  y el convento de San Bruno y San Esteban, estilo barroco escolapio del siglo XVII. Están también el Museo del Juguete y el Museo de Forja A. Jarreta.

Dado que, como decíamos, en este espectacular pueblo el tiempo parece ir a otro ritmo, proponemos hacer sin más Parada y Fonda.

Hotel Posada del Adarve.  c/Portal de Molina, 23  Albarracín (Teruel).

Hotel Posada del Adarve

En un edificio histórico del siglo XVII, en pleno centro y junto al Portal de Molina, una de las entradas más antiguas de Albarracín, adosado a la muralla e integrado a  uno de los torreones de la puerta, se encuentra esta típica posada, que en su rehabilitación se han conseguido aprovechar todos los espacios originales, cuidando la decoración de los interiores con esmero con piedra, forja, madera, cabeceros antiguos y telas y otros detalles bien seleccionados que favorecen la estancia al huésped. Dispone de sólo cinco habitaciones, con numerosos detalles que las hacen  coquetas y acogedoras, al mismo tiempo que son confortables; los nombres de las habitaciones han sido elegidos guardando consonancia con el lugar, así la suite principal denominada Fogón, ha sido instalada sobre lo que antes era la antigua cocina y el comedor de la vivienda, respetándose el viejo fogón que ahora es el motivo central de la estancia, la suite Alcoba, con sus enormes cortinajes y un techo azul pintado con estrellas conserva el estilo propio de estas casas, y cada una de las tres habitaciones restantes que ocupan el antiguo granero son Los Atrojes, compartimentos destinados al almacenado de grano, El Rio, con vistas al rio Guadalaviar y La Muralla, que está junto a esta. La relación calidad-precio está muy bien ajustada.

Restaurante Albarracín.  c/Azagra s/n.  Albarracín (Teruel).

Restaurante Albarracin

Ubicado en el edificio de La Brigadiera, edificio renacentista del siglo XVI, en el centro de la villa y perteneciente al hotel del mismo nombre. El restaurante crea un ambiente rústico y acogedor, estando bien considerado en la zona y en el que destacan sus guisos de caza de temporada, como el ciervo y el jabalí y también muy recomendable el ternasco asado y los postres que son caseros.

Para quienes dispongan de más tiempo y sean buenos amantes de la naturaleza, en los alrededores de Albarracín están los Montes Universales, lugar donde nace el rio Tajo y hay unos parajes de una vistosa vegetación, bien nutrida de álamos, enebros y densos pinares; y si no hay lugar para ello, no pasa nada porque la sola visita y disfrute de esta maravillosa villa ya bien que merece la pena.

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