Daroca, recinto protegido, ciudad abierta
Ya desde la distancia, la ciudad de Daroca, se nos presenta llamándonos poderosamente la atención con sus portentosas murallas, de casi 4 kms. de perÃmetro, que la acogen entre sus muros, y que se despliegan hasta lo más alto de los montes de San Jorge y San Cristóbal, que configuran un desfiladero, donde se asienta la ciudad, que se extiende junto al rÃo Jiloca, quedándo bien protegida, a resguardo de aquéllos y de sus murallas.
Situada en la provincia de Zaragoza, a unos 82 kms. de su capital, y casi a medio camino entre ésta y la ciudad de Teruel, hizo desde la antigüedad que la villa de Daroca fuese un lugar concurrido, paso de caminos, lÃmite entre reinos y regiones y tradicionalmente una importante plaza comercial y defensiva.
Subir a través de sus muralllas hasta las ruinas de su antiguo castillo, nos permite contemplar una buena panóramica de la ciudad y de su enclave; las que construÃdas entre los siglos XIII y XVI, llegaron a contar con numerosas torres defensivas, de las que hoy se conservan catorce, asà como un buen nùmero de puertas, de las que hoy perduran la Puerta Baja y la Puerta Alta, entre las que discurre la calle Mayor, donde se concentra  la mayor actividad y vida de la ciudad; también están el Portal de Valencia y la Puerta del Arrabal.
La Puerta Baja, del siglo XV, que nos da la bienvenida y nos invita a adentrarnos en la ciudad, se ha convertido en la imagen de la misma, con sus dos robustos torreones almenados, unidos por un arco rebajado; junto a ésta se encuentra la Fuente de los Veinte Caños, del siglo XVII, conformando un bello y armónico conjunto.
Dentro de la villa, entre sus numerosos monumentos religiosos hay que distinguir la Iglesia de Santa MarÃa La Mayor, la más importante, de origen románico, con posteriores reformas y acabadas en el siglo XVI, luce en su interior una gran riqueza ornamental, destacando el baldaquino que acoge en el Altar Mayor la imagen de la Asunción; además de guardar la reliquia de los Santos Corporales, milagro que cuenta su leyenda, que ha dado fama a la ciudad y motivo de peregrinaje durante siglos.
Entre otras iglesias y conventos de interés están,  la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XII, de estilo románico, con reformas posteriores de estilo múdéjar; la Iglesia de San Miguel, del siglo XII, románico con elementos barrocos; la Iglesia de Santo Domingo de Silos, del siglo XIII, de estilo románico con una atractiva torre mudéjar.
Un paseo por sus calles y plazas, especialmente por el barrio judÃo, nos mostrará un buen numero de edificios civiles de interés, cabiendo destacar entre estos, la Casa de los Luna; siendo también de interés visitar el antiguo palacio de los Pelayo, de los siglos XV-XVI,  hoy convertido en la Posada del AlmudÃ,  en la calle Grajera, 7, en cuyo restaurante  proponemos comer las especialidades propias de la cocina aragonesa, donde se elaboran platos notables de su recetario; lugar ideal para alojarse quienes deseen pernoctar en la villa.
Para los que continúen en ruta, a unos 35 kms. está la ciudad de Cariñena, famosa por sus vinos robustos, cálidos y sabrosos; en la que podemos alojarnos en el Hotel del Vino, en la Crtra. Nacional 330, Km. 449. Cariñena; ubicado dentro de los viñedos, junto a la bodega, que se puede visitar y disfrutar de sus vinos. Siguiendo, a unos 42 kms. está la capital, Zaragoza, con una amplia oferta hotelera, y visitar la BasÃlica de Nuestra Señora del Pilar y sus alrededores, donde se encuentra la mayorÃa de los monumentos de interés de la ciudad, dentro del casco antiguo.
- Más información y reservas: hotel del Vino
Para los que gusten del contacto con la naturaleza, la Laguna de Gallocanta, queda muy cerca de Daroca, en los lÃmites con la provincia de Teruel; o el Monasterio de Piedra, a 2 kms. del pueblo de Nuévalos, que es una maravilla natural, con cursos de agua, cascadas y grutas.
Foto primera vÃa: heraldo
Foto segunda vÃa: daroca