La muy leal y muy noble villa de Híjar, Teruel

Hijar, Iglesia parroquial

Muy leal, muy noble y antiquísima son las distinciones que posee la villa de Híjar, una población que se encuentra en la zona norte de la provincia de Teruel, con una rica historia y cuya Semana Santa fue la primera en ser declarada de Interés Turístico Nacional.

Fue fundada probablemente por los íberos y está considerada como una de las poblaciones más antiguas de Aragón, si bien, su mayor apogeo se dio una vez fue reconquistada por los cristianos junto a Alcañiz. No sólo porque le fueron concedidos por la Corona grandes privilegios, sino porque se mantuvo la diversidad cultural al convivir en ella durante mucho tiempo moros, cristianos y judíos.

En especial, tenemos que señalar el legado judaico que todavía palpita en las calles de la Judería. Dicho barrio tiene su corazón en la Plaza de San Antón y se extiende por las calles anexas, colmadas de casas pequeñas, construidas así con el fin de aprovechar al máximo el espacio.

Del legado cristiano, el mayor exponente es cómo no la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor, declarada Bien de Interés Cultural. Su construcción se inició en el siglo XIV, pero ha sufrido reformas y remodelaciones a lo largo de la historia, por lo que ha perdido parte de la esencia mudéjar para ser considerada como un templo de estilo renacentista.

Aunque se encuentra en estado ruinoso, no debemos dejar de lado la Casa Palacio de los Duques de Híjar, ya que en su origen era esta una fortaleza árabe, y así completamos el repaso a las tres culturas que durante bastante tiempo convivieron en esta localidad del Bajo Martín.

Como decíamos al principio, si por algo es conocido Híjar es por su Semana Santa. Una Semana Santa que comparte el estruendoso sonido del tambor y el bombo, como el de otros pueblos del Bajo Aragón, si bien la de Híjar está considerada como la más antigua y es de la que más interés turístico puede presumir.

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Foto de Paco el cestero

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