Un paseo por la Barcelona Romana

Muralla romana en Barcelona

Barcelona es una ciudad con mucha historia en sus calles, pero lo sorprendente es que después de cientos de años de ser una de las ciudades más importantes de la Península Ibérica (con todas las construcciones y cambios urbanísticos que esto supone) todavía conserve patrimonio de su época romana.

Barcelona se fundó como un pequeño asentamiento romano con el nombre de “Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino” entre los años 15 y 10 a.C. y se pueden disfrutar de algunos de sus restos en un agradable paseo por el barrio gótico de la ciudad.

Se pueden visitar ruinas de Barcino en el impresionante Museo de Historia de la Ciudad situado en la plaza del Rei, impresionante conjunto arquitectónico en un pequeño espacio donde se construyeron cosas y edificios unas encima de otras. Después de visitar el museo nos podremos dirigir al templo de Augusto de la cual se pueden disfrutar cuatro columnas y parte del podio construidos al final del siglo I. Los restos se encuentran dentro del Centro Excursionista de Catalunya, pero se pueden visitar todos los días de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 (menos los domingos).

Lo cierto es que de la Barcelona romana lo que mejor se conservan son las murallas por lo que los restos de éstas se pueden visitar o ver por varios sitios.

Así, nos podemos encontrar con la muralla romana en un perímetro poligonal formado por las calles Avenida de la Catedral, Tapineria, Sots-tinent Navarro, Carrer Vell, Avinyó, Banys Nous y La Palla. Una de las dos puertas de entrada a la ciudad que se conservan se encuentra en la plaza Nova donde también se pueden ver las dos torres defensivas y uno de os pasos laterales. La otra puerta se encuentra integrado en el edificio del centro cívico Pati Llimona. Aquí se puede ver el paso lateral de peatones de lo que fuera la puerta “praetoria monumental”. Hay que decir que si bien se pueden disfrutar desde la calle, los restos se disfrutan mejor desde el interior.

Además de otros restos y partes de la muralla que se conservan (como por ejemplo en las calles baixada del caçador y sots-tenien navarro) es interesante también visitar el cementerio situado en la plaza Vila de Madrid. Como era norma en la época, la necrópolis se situó en los extramuros. Se conservan unas cuantas tumbas de piedra pertenecientes a la clase media y humilde.

Encima del cementerio la comunidad madrileña de Barcelona ha levantado un monumento conmemorativo en agradecimiento a la solidaridad mostrada por la ciudad tras los atentados de Atocha del 11 de marzo de 2004.

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Foto de Ángela Llop

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