Astorga, el rastro castellano leonés de Gaudi

Vista nocturna de la Catedral y el Palacio Episcopal de Astorga

Entre maragatos, chocolate y peregrinos, Astorga es una de las visitas imprescindibles (junto a León y Ponferrada) de la provincia leonesa. La capital de la comarca de la Maragatería representa la comunión perfecta de todo aquello que cualquier turista busca: tradición, paisaje, cultura, gastronomía…

A esa comunión, ya ideal de por sí, se le une el nombre de uno de los más grandes arquitectos del modernismo catalán, Antonio Gaudí, que dejó su impronta en la ciudad maragata en la ejecución del Palacio Episcopal, una de las muchas visitas imprescindibles.

Como sólo la visita al Palacio Episcopal requiere de unas cuantas horas, Astorga merece ser elegida como lugar para pernoctar. Esa es la forma ideal de conocer la intensa vida de la ciudad leonesa. El mejor reflejo de esa vida lo ofrece, como suele ser habitual, la Plaza Mayor de la localidad, en donde tiene su sede el Ayuntamiento. La vida gira entorno a ella. Centro geográfico de la villa, la Plaza Mayor se nutre de los ríos de vida que le llegan por sus cuatro costados. A ello hay que añadir las terrazas que inundan (cuando el tiempo lo permite) los pórticos de la Plaza dejando constancia de la excelente calidad de su gastronomía y de sus vinos.

Superado el impacto de la Plaza Mayor y una vez liberada de peso la cartera (merece la pena hacer acopio de chocolate y embutidos), una buena opción es la de dirigirse al paseo de las Murallas desde donde el visitante podrá observar a un lado, la expansión actual de la ciudad, dejando a sus espaldas la zona más turísticas.

Plaza Mayor y Ayuntamiento de Astorga

Es en el último tramo de las murallas que rodean a buena parte de la ciudad en donde el viajero se verá obligado a levantar paulatinamente la mirada. Será entonces cuando sus pasos se encaminen, indefectiblemente, hasta la Catedral y el Palacio de Gaudí. Y lo primero que llamará su atención serán las torres de la Catedral de Santa María. Dos torres, dos colores, dos momentos de la historia de la villa. La primera, la antigua, es el recuerdo del terremoto de Lisboa que en 1775 afectó a la zona. La nueva, de color rosáceo, es la que despertará el interés del turista y las preguntas se acumularán en sus labios.

A su lado, custodiado y vigilado por ambas torres, se encuentra la obra de Gaudí en claro contraste con el color de la catedral. “Finalizada”, pensará el turista, “no como la Sagrada Familia de Barcelona”. Cierto, aunque solo a simple vista. Como si fuera intención del genial arquitecto dotar de mayor misticismo a sus obras, el Palacio Episcopal astorgano conserva en su jardín tres ángeles sobre los que no dio instrucciones concretas y que nadie se ha atrevido a mover. Nadie lo hará, aunque todo buen turista acabará ubicándolos mentalmente en un lugar del Palacio. Es la magia de Gaudi. Es la magia de Astorga.

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Sin comentarios

  1. Aitor dice:

    Perdonen las molestias pero Astorga no tiene nada que ver con Castilla, tan solo la pertenencia a una misma comunidad autonoma, formada por Castilla ( Cuyos habitantes son castellanos) y por leon ( Los cuales son leoneses no castellanos). Por lo tanto seria de agradecer que cambiasen el titulo de este articulo ya que ademas de incorrecto es ofensivo para los leoneses que lo leemos. Gracias

  2. Javier Gomez dice:

    Buenas Tardes, Aitor:

    Siento decirte que por mucho que pretendas lo contrario (quizás motivado, según he visto has dejado en otro ofensivo comentario) por un fanatismo leonés desmedido, León, actualmente, no deja de ser sino una provincia más de Castilla y León, y por lo tanto, Astorga sí que tiene y mucho que ver, con Castilla y León, entrando en la acepción de castellanos-leoneses.

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