Guadalajara, el Palacio del Infantado
El Palacio del Infantado es el monumento por excelencia de la ciudad de Guadalajara, y alberga en su interior el Museo Provincial de la ciudad. En 1483 Íñigo de Mendoza encargó a Juan Guas la construcción de esta obra maestra del estilo isabelino. A pesar de todo, el palacio muestra una clara simbiosis entre ese estilo isabelino, con el renacimiento y el manierismo.
En el siglo XIX, el Palacio pasó a propiedad del Estado. Durante la Guerra Civil sufrió graves pérdidas, como los techos artesonados mudéjares. Los trabajos de restauración llevados a cabo están mejorándolo constantemente.
Declarado Monumento Nacional en 1914, fue obra como decimos de Juan Guas, con la colaboración en el diseño de Enrique Egas, y secundado por las decoraciones de Lorenzo de Trillo. Su fachada está considerada de las mejores entre los palacios renacentistas españoles. Una de sus características más peculiares es la decoración de diamantes en forma de rombo que ofrece en dicha fachada.
La puerta de entrada tiene un arco gótico coronado por el escudo de la familia de Mendoza, con dos faunos salvajes a los lados. La parte superior tiene una preciosa galería abierta.
El interior alberga el maravilloso Patio de los Leones, en dos niveles, con arcos sobre columnas retorcidas. En los arcos hay una abundante decoración con animales fantásticos, como leones y grifos. Escoltando las figuras simbólicas están los escudos de armas de las familias Mendoza y Luna, así como frases recordando la grandeza de los arquitectos que construyeron el palacio.
Toda la decoración es de estilo gótico isabelino, como las magníficas celosías del techo del segundo piso. Allí se encuentran la Biblioteca Pública y el Centro de Arte del Museo Provincial, así como el Archivo Histórico Provincial.
El conjunto histórico artístico del patrimonio del museo está dividido en tres secciones: Bellas Artes, Etnografía y Arqueología. Lo más notable entre su colección son unos cincuenta cuadros de la escuela hispano-flamenca, la tumba de Doña Aldonza de Mendoza, del siglo XV, y lienzos de artistas como Alonso Cano, Carreño de Miranda y Alonso del Arco.
En la sede de Bellas Artes destaca la Virgen de la Leche, de Alonso Cano, el San Francisco de José de Ribera, y los grupos escultóricos de Luisa Roldán. Es un gusto visitar Guadalajara, y pasarnos por este precioso palacio. Merece enormemente la pena.
La biblioteca pública actualmente se encuentra a algunos metros en el Palacio de Dávalos.