Ferrol, la Puerta del Atlántico
En más de una ocasión, y las que aún nos quedan, habréis notado ese cariño tan especial que le tengo a Galicia. Muchas y tantas cosas son las que me unen a ella, y ahora, de repente, como por arte de las meigas, que haberlas hailas y no todas de mala condición, hay otra más, quizás de entre todas la más bonita, que me lleva a hablaros con un cariño desmesurado de Ferrol. Ya os contaré algún dÃa el porqué…
Pequeña ciudad de pescadores en la época de Alfonso VII, no fue hasta Felipe V cuando su rÃa se convirtió en, además de un paraÃso natural, un lugar estratégico para construir sus famosos astilleros. A pesar de este carácter industrial que muchos le han querido infundir desde siempre, Ferrol conserva en su interior un buen gusto y una distinguida clase urbana que merece la pena conocer.
La parte más antigua de la ciudad es la que los ferrolanos conocen como el Ferrol Vello. Callejuelas como las de San Francisco y Espartero esconden rincones como los de la Iglesia del Socorro, donde duerme el viento de los siglos el Cristo de los Navegantes. Hay interesantes posibilidades en Ferrol Vello, como acercarnos al antiguo muelle de Curuxeiras y cruzar la rÃa en la lancha de Mugardos. O visitar también el Aquaciencia, en el Parque Municipal Reina SofÃa.
La vida en Ferrol se hace aún mas viva en el Barrio de la Magdalena. Parece imposible perderse aquÃ, un espacio perfectamente en cuadrÃcula, donde el núcleo central es la Plaza del Marqués de Amboage y la Plaza de Armas. En la plaza del Marqués serÃa interesante visitar el Museo de la Sociedad Gallega de Historia Natural.
El Ferrol modernista de principios del siglo XX estalla en los edificios del Teatro Jofre y Renacimiento, y en muchas de las casas que se abren en sus calles. Os sorprenderá seguramente el Ateneo y el Casino, como claros ejemplos de lo que os decimos. Un poco más atrás en el tiempo queda la Concatedral de San Julián, de estilo neoclásico, con sus bellas torres gemelas.
Frente al distinguido y animado Barrio de la Magdalena se hallan los Arsenales, donde se ubican los astilleros. Para acceder a ellos yo os aconsejarÃa la Puerta del Dique, de la época de Carlos III. Además, a su lado podéis visitar, si gustáis, el Museo Naval de la Zona MarÃtima del Cantábrico. En verano es un lugar ideal, sobre todo por las terrazas del Cantón de Molins.
Ferrol ciudad es un lugar bello, en el que palpar el ambiente de su vida urbana. Pero si queréis, podéis acercaros a sus alrededores, la auténtica Puerta del Atlántico. Me resultarÃa imposible de describir con palabras un lugar tan mágico, en el que la música del viento y las olas componen una sinfonÃa inusual. El abrazo de la rÃa a los pequeños pueblos y caserÃos que se asoman al verde y el azul es el mejor recuerdo que echaréis en vuestra maleta.
La imagen, que en Ferrol puede valer mucho más que mil palabras, es la única solución para tanta belleza. Os dejamos aquà con un vÃdeo para que con él podáis atravesar la Puerta del Atlántico. Ferrol es único. Para mà lo es, y mucho. Ya os contaré algún dÃa el porqué…