Ribadesella, cultura y playa

RIBADESELLA

Ribadesella, una de las cuatro «sacadas» por los Reyes Católicos (junto a Llanes, Cangas de Narcea y Tineo), es decir, pueblos que los reyes dejaron fuera de la ambición feudal y que los hicieron desarrollar de manera autónoma, es hoy un pueblo agradable y tranquilo de visitar.

Su casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, pertenece en su gran mayoría a los siglos XVII y XVIII y la joya de la corona o lo más llamativo es el palacio de Cutre, que con ese nombre tan curioso es un espléndido edificio renacentista del siglo XVI y cuya utilidad es la de Ayuntamiento. Al otro lado del pueblo y conectada por un puente de 300 metros se encuentra la playa de Santa Marina, de un tamaño espectacular y con arenas muy finas. En sus contornos ha crecido una colonia veraniega que desde el inicio del siglo XX ha construido unas llamativas casas modernistas.

Dentro de la villa, aunque fuera, se encuentra la cueva de Tito Bustillo, quizás el atractivo turístico más bonito de Ribadesella y destacado enclave del arte rupestre español. Las pinturas, que se encontraron en 1968, son llamativas más allá de su belleza por el impresionante número de ellas y por el no menos espectacular belleza natural del enclave. Al lado de la misma cueva se encuentra un museo adjunto que trata sobre ello. Cerca de la cueva de Tito Bustillo se encuentra también La Cuevona, otra pequeña cueva con un recinto encantador que recibe luz del día cenitalmente. Son espectaculares sus estalactitas y poliedros de cuarzo que junto a la luz crean un efecto muy singular.

Pero si de algún acontecimiento turístico vive y tiene fama este pequeño pueblo, es sin duda por el descenso del río Sella de piragüismo, el primer sábado de agosto. Alrededor de este descenso se concentran numerosos festejos llenos de color, bailes y celebraciones nocturnas. También es llamativa la prueba hípica de Semana Santa, el cual se celebra cuando la marea está baja y los caballos tienen que correr una distancia de dos kilómetros por la playa de Santa Marina.

En fin, Ribadesella puede ser un buen campo base para viajar a Asturias en verano. Con la tranquilidad de un pequeño pueblo y los servicios del típico destino de playa, merece la pena visitar sus dos festividades antes comentadas y dar pequeños paseos por el pueblo para disfrutar de la belleza de sus edificios. Es un destino de esos que al menos, una vez en la vida, hay que visitar.

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