El Monasterio de Santo Domingo de Silos en Burgos
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Acabo de regresar de una visita al Monasterio de Santo Domingo de Silos, y no puedo por menos que compartir con todos vosotros las experiencias vividas allÃ, tanto emocionales como de arquitectura. Parajes de silencio, piedras que parecÃan mirarme a los ojos, y un sonido de gotas de agua en el corazón de la brisa. No creo que pueda haber nada más espiritual.
El monasterio está situado a unos 45 minutos de la ciudad de Burgos, en el pintoresco pueblo de Santo Domingo de Silos. Aquà viven un pequeño grupo de monjes benedictinos. Sólo algunas partes del monasterio están abiertas al público, y se puede pagar tres euros para poder tener una visita guiada.
Durante la visita quedaréis maravillados con los claustros paisajÃsticos, además de algunos bellÃsimos ejemplos de antigua arquitectura religiosa, además de grabados y detalles que cubren las paredes del complejo religioso.
Sin embargo, quizás la visita guiada al monasterio no sea lo más interesante que me haya podido traer de él. Cada dÃa, alrededor de las 07.00 de la mañana, se celebran las vÃsperas en la iglesia de la abadÃa, donde los monjes cantan canto gregoriano. Es una experiencia fascinante. Estos monjes han publicados hasta dos discos.
Realmente, la visita es maravillosa, pero os puedo asegurar que oir a las 07.00 de la mañana el canto de estos monjes resultó incluso mucho mejor que la experiencia turÃstica.
La visita al Monasterio de Santo Domingo de Silos se puede realizar en apenas una tarde. No hace falta ser religioso ni creyente para ello, ya que las maravillas que descubriréis son para todos los gustos. Asimismo, si tenéis la oportunidad, acercaros bien tempranito para poder oir cantar a los monjes. A mà el canto gregoriano no es algo que me hubiera atraÃdo mucho, pero oirlo en directo, envueltos en aquel silencio, fue algo que nos cautivó.
Foto VÃa Flickr
Quisiera hacer una rectificación a esta noticia. Los monjes cantan VÃsperas a las 19:00 h.; a las 07:00 cantan Laudes
Estoy a la espera de pasar unos dÃas de recogimiento en el convento de santo domingo de silos. No soy un cucufato y menos de los que se golpean el pecho cada minuto, pero hay tanto que puedo lograr para mi serenidad espiritual, que me apasiona pensar en esa estadÃa. A fines de mayo, si Dios quiere saldré del Perú para España.