El Castillo de los Calatravos, en Alcañiz

Castillo Calatravo de Alcaniz

Alcañiz es una localidad turolense situada a 381 kilómetros de altitud y a ciento sesenta y cinco kilómetros de capital de la provincia, Teruel. La población más importante del Bajo Aragón turolense es y ha sido siempre, un paso natural entre Aragón y Valencia, lo que ha condicionado siempre su historia y su economía. Un pueblo, conjunto histórico-artístico, que vive desde hace siglos al pie de su castillo.

El emplazamiento de este enorme castillo no pudo elegirse de una manera más acertada, o mejor dicho, era inevitable que un cerro como éste llegara en su momento a contar con un castillo que se convertiría en una plaza fuerte desde la que dominar todos los alrededores. Así lo pensaron sus constructores en el siglo XII y XIII.

Entonces se levantó la parte más importante de la fortaleza que luego sería completada con la fachada en el siglo XVIII. Aquí vivieron las altas jerarquías locales de esta institución monarcal y castrense, señores feudales de la comarca, gracias a los favores de Alfonso II, hasta que las protestas populares terminaron con esta encomienda y se restituyeron los fueros a la villa.

La fachada es bastante austera y está flanqueada por dos torreones cuadrados. En la Torre del Homenaje se pueden ver algunas pinturas góticas que hacen referencia a la conquista de Valencia por Jaime I de Aragón. Siguiendo la visita en el interior, la capilla es de estilo románico y el claustro evolucionó de románico a gótico a través de unos arcos ligeramente apuntados.

Tradicionalmente se ha sabido, porque se ha transmitido de una generación a otra, que el castillo contaba con subterráneos y pasadizos por los que ocurrieron muchos acontecimientos de la vida de Alcañiz durante siglos. Lo que se movía entre la leyenda y el rumor hoy es realidad, concretamente desde 1995 cuando se comenzó a trabajar en la recuperación de esos pasadizos y estructuras medievales que, efectivamente, estaban donde se suponía y eran un camino rápido de escape en caso de dificultades.

El Palacio de los Comendadores es de estilo barroco y es ahí donde se encuentran las habitaciones del Parador de Turismo. Desde el cerro donde se asienta se divisa una bonita y extensa panorámica de la ciudad y de la vega circundante. Mención especial merecen en el castillo las pinturas rupestres que conforman un valioso conjunto monumental, siendo éstas del siglo XIV y tratándose de figuras esquemáticas. Las pinturas de la Torre del Homenaje se completan con las del claustro.

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