La fortaleza de Molina de Aragón

Molina de Aragon

Molina de Aragón es la población más pujante de su Señorío, de donde es capital, y una de las más importantes localidades de la provincia. Se encuentra bastante alejada de Guadalajara capital, a unos 140 kilómetros y a 195 kilómetros de Madrid.

El brillo alcanzado a lo largo de su historia le vino dado por su importante situación geográfica hasta el punto de ostentar el rango de villa muy principal. Queda todavía bastante en su trazado, sus plazas y la arquitectura de sus casas, por eso ya hace tiempo que fue descubierta por un turismo de fin de semana ávido de tranquilidad y belleza.

Tiene una población de unos 3.600 habitantes que se dedican, en su mayor parte, al sector agrícola. Debido a su importancia estratégica, la ciudad fue testigo de las luchas entre los reinos de Castilla y Aragón (perteneciendo a éste último por espacio de seis años en época de Pedro IV).

Reconquistada a los árabes en el siglo XII por obra de Alfonso el Batallador, fue hasta el siglo XVII señorío independiente bajo los auspicios de la familia Manrique de Lara, quienes le otorgaron el nombre de Molina de los Caballeros.

La ciudad ha vivido también muy de cerca la mayoría de los acontecimientos de la historia moderna de España. Durante la guerra de la Sucesión y la de la Independencia sufrió incontables daños hasta el punto de ser incendiada por los propios lugareños para no tener que someterse.

Molina resulta un lugar ideal para pasear por sus estrechas y escarpadas callecitas que forman un agradable conjunto que guarda ciertas similitudes con las poblaciones aragonesas.

De trazado irregular, dominan Molina de Aragón su castillo y su puente románico sobre el río Gallo que da acceso a la villa. Por lo demás estamos ante un lugar que ha sabido conservar el encanto de su arquitectura popular con casas presididas de grandes portales, amplios balcones y balcones de forja. En muchas destacan los escudos nobiliarios.

Su castillo, lo más representativo de esta localidad, conserva cuatro de las ocho torres que tenía en origen con más de 30 metros de altura. También se mantiene en pie el patio de armas. Pueden apreciarse igualmente restos del recinto amurallado -construido en piedra de sillería que rodeó la ciudad a lo largo de toda la Edad Media. Este recinto, conocido como El Cinto, ha sido declarado conjunto histórico-artístico.

Foto Vía: jciczgz

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