La magia en el Camino de Santiago

Existen muchos motivos para llevar a cabo alguna de las rutas de uno de los caminos más famosos del mundo: el Camino de Santiago. Desde realizar unas vacaciones completamente diferentes hasta cumplir una promesa, desde superar el reto físico del camino hasta el conocimiento histórico de sus parajes, desde el disfrute del contacto con la naturaleza hasta el encuentro con el yo interior que permite el silencio del camino.
Sin embargo, el viaje Camino de Santiago también está rodeado de magia y misticismo, un atractivo más para completarlo para muchos peregrinos.
Una experiencia más allá de lo tangible
Aunque pueda parecer algo fantasioso, no son pocas las personas que han transitado alguna de las rutas disponibles para recorrer el Camino de Santiago que han experimentado una sensación de trascendencia interior. Es posible que sea debido, simplemente, a la posibilidad de ser uno mismo, sin apariencias ni máscaras, de pensar sin interrupción, de frenar el tiempo que aturde constantemente con mil y una preocupaciones cotidianas…
Puede ser que la simple conversación con la persona que siempre llevamos dentro permita acceder a un conocimiento de uno mismo que se ha ido relegando, una y otra vez, dándole de lado hasta hacerlo desparecer.
El camino propicia esa aparición del yo más íntimo, de un cara a cara con lo que se quiere ser, con lo que se es, con lo que pudo haber sido, que logra despertar conciencia y transformar completamente a la persona. Es posible que solo por eso muchos peregrinos hayan descrito el Camino de Santiago como algo más que senderos, naturaleza, bellas poblaciones y espacio abierto.
La senda del misticismo y de las estrellas
Otra forma de enfrentarse al camino más famoso del mundo es desde el punto de vista del esoterismo y el misticismo. Existe mucha literatura en este sentido, siendo una magnífica oportunidad para adentrarse en una interpretación llena de magia y misterio.
El camino irá mostrando elementos, construcciones, simbología perteneciente a este peculiar mundo. Seguid su rastro y reconocer las pistas de los antiguos será al mismo tiempo divertido y enriquecedor.
Se dice que el Camino es en sí mismo un libro abierto a la lectura y comprensión de quien quiera leerlo. Durante su recorrido es posible encontrar escrituras encriptadas, solo entendibles por estudiosos y expertos historiadores. Aunque los propios peregrinos podrán encontrarlas y realizar sus propias cábalas de lo que quieren decir o indicar.
Fueron los “Iniciados Constructores”, o al menos algunos de ellos, los que colocaron marcas y claves elementales que serían fáciles de identificar por su grupo, pero que no entenderían el resto de los mortales. Una divertida y enigmática forma de añadir misterio al Camino de Santiago. Con estas señales este grupo místico quería hacer notar la Obra Divina de la Creación, así como el culto a la Diosa Tierra: Gaia, y marcar los puntos más importantes desde donde emanan ciertas Energías Telúricas.
Una ruta creada por los celtas
No hay que olvidar que el Camino de Santiago hunde sus raíces en pueblos celtas, donde la magia y el culto a dioses desconocidos han dejado su propia huella. Estas huellas vienen marcadas por la indicación de la propia Vía Láctea, es como seguir el camino de las estrellas, terminando en la constelación del Can Mayor. Su desarrollo geográfico recorre, en buena medida, espacios ocupados por los celtas, que adoraban al Dios Lug, relacionado directamente con la mencionada Vía Láctea.
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