Uclés, de castillos y monasterios en Cuenca
Hay lugares que a simple vista ves que fueron muy importantes tiempo atrás. Captas rápidamente la esencia y el abolengo que anduvieron por sus calles, la realeza que respiraron a través del patrimonio histórico y artÃstico que rezuman. Uno de esos rincones, tal vez desconocido para muchos, pero que tenéis que conocer, es la ciudad de Uclés, en la provincia de Cuenca.
Y a Uclés no le hace falta ser museo al aire libre de iglesias, galerÃas y monumentos para avisarnos de su pasado de grandeza. Con dos joyas como el castillo y el Monasterio de Uclés, ya nos damos por más que satisfechos. Es lo que tiene la elegancia de un lugar que nos recibe señalándonos el horizonte de su castillo.
Fortaleza que tuvo sus orÃgenes en el siglo XI, aquella época de cristianos por aquà y musulmanes por allá, en la que no se sabÃa bien eso de las fronteras dónde quedaban. Castillo que, afortunadamente, fue restaurado el siglo pasado, y del que podemos apreciar dos hermosos torreones del siglo XI, la Torre de Plata y la Torre del Homenaje.
Y entre fuentes y arcos, y arcos que llevan nombre de fuentes, entre fuentes de cinco caños y callejuelas por donde imaginamos amores y desventuras, llegamos al impresionante Monasterio de Uclés, construido sobre una antigua iglesia gótica entre los siglos XV y XVII.
Lo admiramos y pasamos a su interior, donde nos recibe un precioso claustro del siglo XVII. Mi más profunda admiración hacia los claustros de silencio, en los que hasta el leve sonido del flash de la cámara de fotos parece que pudiera molestar a las piedras.
La iglesia del monasterio es pequeña pero bellÃsima. Consta de una sola nave con planta de cruz latina. Acercaros a la sacristÃa, construida en el siglo XVI, y que presenta una interesante decoración plateresca. Cómo pudieron venir aquÃ, a estas tierras, a construir tan magno monumento…
Rodeados por el recuerdo de murallas, bastiones, contrafuertes y torres almenadas que, pongo la mano y el corazón en el fuego si hiciera falta, existieron aquÃ, nos vamos alejando casi con tristeza de Uclés. Es de esos lugares que apenas recorres en unas horas pero que, sin embargo, te dejan una huella flagrante en la memoria que no olvidas.
No sé si lo habéis notado, pero hoy quiero deciros que hagáis lo que sea por honrar vuestros ojos con Uclés.
Foto VÃa TerePedro