Castro Urdiales, corazón cantábrico
De orÃgenes prerrománicos, en Castro Urdiales se han encontrado restos que se remontan incluso a la época prehistórica, como los de las cuevas de La Dársena o las del Macizo de Juan Gómez. Pero fue en el siglo I cuando se empezó a tener constancia de una primera civilización organizada: los sámanos. en el año 1163 el rey de Castilla Alfonso VIII le otorgó el fuero a la villa de Castro.
Sin embargo, a partir de ahÃ, Castro Urdiales pasó por una profunda crisis hasta que con el Descubrimiento de América, volvió a resurgir como puerto natural que es. Se sucedieron siglos de enfermedades y guerras, y no fue hasta mediados del siglo XIX cuando no se constituyó el ayuntamiento de Castro Urdiales independientemente del Bastón de Laredo al que pertenecÃa.
¿Qué ver en Castro Urdiales?
Quizás en su formación urbanÃstica actual, su más clara influencia sea la de la época del comercio atlántico allá por los siglos XV y XVI pues Castro Urdiales aún conserva su aire marinero y su aroma medieval.
El paseo marÃtimo de la ciudad es realmente precioso y refrescante, con esas playas tan largas, y el final que acaba en un promontorio que se adentra en el mar, donde se levantan los principales monumentos de Castro Urdiales. Allà está la Iglesia Santa MarÃa de la Asunción, el monumento gótico que más relevante de Cantabria. Tiene sus orÃgenes en el siglo XIII, y su planta casi se puede asemejar con el de las basÃlicas. Con tres naves, destaca por la amplia escalinata a cuyos lados están las dos torres. Junto a la Iglesia de Santa MarÃa se levanta el Castillo Faro, uno de los pocos castillos que aún quedan en Cantabria.
En la plazoleta entre ambos monumentos se encuentra el Miliario Romano, que marca la distancia desde ese punto hasta territorio romano. Data del año 61 d.C. El conjunto monumental de Castro Urdiales lo completan el Puente Medieval y la Ermita de Santa Ana.
En el casco urbano se pueden visitar además, el Ayuntamiento, que data del siglo XVI en el que destaca la balconada y la torre del reloj del siglo XIX.
El Palacio y el Castillo de Ocharán fue levantado en el año 1901 y 1914, respectivamente. Destaca su pórtico, con columnas jónicas, mientras que el castillo es de estilo neogótico.
Otras monumentos interesantes que podemos visitar son La Residencia, la Casa de los Chelines y el edificio del Royal.
Después de nuestra visita monumental no nos queda más que disfrutar del soberbio tapeo que puede tomarse en las callejas que llevan hasta la plaza principal del pueblo, y degustar su Txacolà con unas buenas anchoas del Cantábrico. como se suele decir… bocata di cardinale.
Para saber más y seguir con la ruta cántabra…